En estos días, Inmaculada Perdomo participa en Fuerteventura en una actividad de Economía a través de la ACIISI en conmemoración del Día Internacional de la Mujer y Niña Científica, que se celebra hoy 11 de Febrero, donde anima como profesora a las jóvenes de la isla a estudiar ciencias para frenar la brecha de género que existe en esas disciplinas.
Inmaculada Perdomo es Doctora en Filosofía y Profesora Titular del Área de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de La Laguna. Imparte docencia en Filosofía de la Ciencia, Historia de la Ciencia y Ciencia y Género en la Sección de Filosofía de la ULL y en varios Másters oficiales. Directora del Instituto Universitario de Estudio de Las Mujeres ULL.
Desde que era una niña y estudiaba en el colegio en su pueblo de Haría, Lanzarote, Inmaculada Perdomo Reyes sabía que la Lógica y la Filosofía formarían parte de ella toda su vida. Hoy, profesora de estas materias en la Universidad de La Laguna (ULL) y directora del Instituto Universitario de Investigación de la Mujer en la misma, considera que el pensamiento meticuloso de su padre, – Manuel Perdomo, un artesano de la madera -, y las enseñanzas de su madre – Dimna Reyes, maestra -, la ayudaron a desarrollar su pasión por el conocimiento.
– ¿Por qué eliges Filosofía de la Ciencia para realizar tu tesis?
Cuando era estudiante de Filosofía, esta era la especialidad que más me gustaba, también contribuyó a ello el excelente profesor que tenía. Me permitía reflexionar sobre cómo se genera el conocimiento, sobre su naturaleza y los procedimientos lógicos y metodológicos con que nos dotamos para fundamentar la verdad (nunca de forma concluyente) y cuál es el papel de la sociedad en la elaboración y aceptación de esos conocimientos. También me permitió conocer la Historia de la Ciencia y los avances en el pensamiento.
– ¿Qué te lleva a especializarte en Ciencia y Género?
Esta es una línea específica de investigación dentro de los Estudios de Filosofía de la Ciencia y Ciencia, Tecnología y Sociedad que abordo desde hace años y que permite plantear cuestiones tales cómo cuáles han sido desde la Antigüedad las contribuciones de las mujeres al Conocimiento. También planteamos de forma crítica por qué han sido invisibilizadas o por qué sus contribuciones no han sido igualmente valoradas. Además, situándonos en el presente nos permite investigar cuáles son las barreras actuales que siguen impidiendo a las mujeres que participen en pie de igualdad en la Ciencia y la Tecnología.
– ¿Cuales son los casos históricos o ejemplos donde crees que se han cometido más injusticia con el reconocimiento a mujeres científicas?
Son muchos los casos a lo largo de la Historia, pero por ser más recientes me impacta el caso de Mileva Maric, la primera mujer de Einstein, su compañera de estudios e investigaciones, siendo probable que ella contribuyera también a la configuración de sus teorías. O el caso de Rosalind Franklin, la mujer que proporcionó la prueba experimental para afirmar que el ADN tiene estructura de doble hélice. Un avance por el que logran el Nobel Watson, Crick y Wilkins, pero no ella. Tampoco consiguen el Nobel Lise Meitner por sus trabajos en la fisión nuclear, y tampoco lo consiguen Jocelyn Bell, por su descubrimiento de los púlsares, ni Vera Rubin por sus trabajos sobre la materia oscura del universo. Méritos más que suficientes para haber alcanzado el máximo galardón de la ciencia. El peso de las barreras, los techos de cristal, los estereotipos y la dificultad de conciliar la vida privada y profesional, siguen siendo las razones principales que frenan la brecha de género en estas disciplinas.
– ¿Cuáles son los datos de desigualdad de la mujer en la universidad en Canarias? ¿Por qué cree que hoy en día mujeres con los mismos méritos que los hombres son consideradas menos competentes en sus carreras? ¿Hay una explicación para la brecha, sobre todo, en materia científica?
En febrero fue presentado por la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio el último informe “Científicas en cifras 2015”, un amplio documento que recoge la situación de las mujeres en la investigación en nuestro país. De entre las conclusiones más destacadas están el hecho de que en una década apenas se haya avanzado, al contrario se muestra un estancamiento en las cifras. Sólo un 39% de mujeres se dedica a la investigación, pero son alrededor del 60% las que acceden cada año (de forma desigual según la carrera) a los estudios superiores. También se alcanza la paridad en el nivel de doctorado, pero a partir de ahí, seguimos observando la presencia de techos de cristal que explican que el nivel de catedráticas siga estando en el 21%. El peso de las barreras, los techos de cristal, los estereotipos y la dificultad de conciliar la vida privada y profesional, siguen siendo las razones principales.
– Reflexión sobre el Posthumanismo
Es este uno de los temas de debate más candentes e interesantes en la Filosofía de la Ciencia actual. El increíble desarrollo de la ciencia y tecnologías actuales, especialmente las biotecnologías, hacen pensar en un futuro posthumano donde sea posible la superación de las enfermedades pero también el llamado mejoramiento humano: mejores capacidades y habilidades, también cognitivas, e incluso el retraso de la vejez, se promete como la vía para alcanzar la añorada piedra filosofal. La Inteligencia Artificial avanza a pasos agigantados y algunos visionarios nos dicen que en el futuro nuestras parejas también podrían ser sofisticados robots.
Otro posthumanismo más interesante, desde el punto de vista filosófico, es aquel que apuesta por un nuevo ser humano futuro que supere las desigualdades de género y que desarrolle relaciones más respetuosas con el mundo animal y el medioambiente como claves de nuestra supervivencia futura como especie. Es esta la opción de un feminismo ecologista y medioambiental que desarrolle una agenda de futuro comprometida.