Los segmentos en los que se divide el asombroso facsímil llegaron a bordo de dos contenedores a una cumbre envuelta por la bruma.
Se ensamblará durante dos semanas como un puzle en el espacio preparado en el Centro de Interpretación del Paisaje Cultural.
“Permitirá tener el mismo sentimiento que en el interior de la cueva original”, señala uno de los técnicos de Factum Arte.
Las cincuenta piezas que componen la réplica milimétrica del templo astronómico de Risco Caído llegaron a primera hora de esta mañana a Artenara, donde el Cabildo iniciará hoy mismo el montaje de esta reproducción que permitirá al público experimentar la sensación de encontrarse en el interior del almogarén donde la antigua población aborigen alcanzó su cima técnica.
Los segmentos, que serán ensamblados a lo largo de las próximas dos semanas, llegaron a las puertas del Centro de Interpretación de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria a bordo de dos contenedores procedentes del Puerto de Las Palmas en una operación coordinada por el Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento de Artenara y la empresa Factum Arte, encargada de la ejecución del facsímil.
Las piezas, empaquetadas con sumo mimo, ascendieron hasta su destino final en una mañana brumosa que acentuaba el eco sagrado que resuena en la cumbre grancanaria y completaron un largo viaje que comenzó el pasado 25 de diciembre, en plena Navidad, en el Puerto de Valencia.
En Artenara aguardaban por la esperada estructura tanto el equipo de arqueólogos y técnicos del Cabildo de Gran Canaria como cuatro miembros de Factum Arte, empresa de referencia internacional en la reproducción de hitos del patrimonio arqueológico mundial en cuyo taller de Madrid cobró vida la copia de Risco Caído a lo largo de seis meses en un proceso en el que se dieron la mano la tecnología más avanzada y la sutileza artística.
Los módulos que formarán la réplica, que se convertirá en una atracción por sí misma, serán montados como un puzle en el interior del Centro de Interpretación, donde el Cabildo ha excavado en la piedra el espacio que la albergará, lo que supone otro guiño a la cultura troglodita insular.
El director del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, el arqueólogo del Cabildo José de León, el también arqueólogo insular José Guillén, y Juan Carlos Andrés, del equipo de Factum Arte, supervisaron los aspectos logísticos de la llegada de unas piezas, momento que despertó la curiosidad de varios vecinos del pueblo, que se acercaron a tomar imágenes con sus móviles porque entendieron que se trata de un acontecimiento histórico para Artenara y el conjunto de la comunidad de la cumbre de Gran Canaria.
Juan Carlos Andrés, uno de los especialistas de Factum Arte que ha puesto sus conocimientos y su pasión al servicio de la réplica de Risco Caído, subrayó que “un proyecto de estas características, tal y como se ha hecho, permite tener el mismo sentimiento que se tendría al entrar a la cueva original”. Añadió que un facsímil de este tipo “mantiene incluso las cicatrices de la historia”.
Tras la conclusión del anclaje y del montaje, que incluirá determinadas terminaciones in situ para mimetizar por completo los elementos, el Cabildo de Gran Canaria abordará los trabajos relacionados con la accesibilidad, a cuyo término todo quedará preparado para la apertura al público, prevista para febrero.
El periplo de la luz
El Cabildo ultima en paralelo los recursos audiovisuales que recrearán en el interior del facsímil el fenómeno lumínico que genera la entrada del sol en la cámara original entre los equinoccios de primavera y otoño.
Estos seis meses de periplo quedarán sintetizados en apenas unos minutos para mostrar el recorrido de la luz solar, la interacción y el juego de formas que establece con los triángulos púbicos, cazoletas y grabados en bajo relieve presentes en esta cueva que brilla con luz propia en este ámbito declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en la figura del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas.
Esta auténtica inmersión sensorial recreará también el efecto que se produce en determinados días del año en los que los rayos del sol parecen dibujar determinadas formas e incluso siluetas de apariencia humana en el interior de la cueva, y es que la interpretación del verdadero alcance del relato legado por los aborígenes en las paredes de la cueva aún guarda secretos que los investigadores esperan poder desvelar algún día.
Este viaje al pasado aborigen incluirá también la simulación del momento en el que la luz de la luna llena penetra a través de la apertura que los aborígenes practicaron en la base de la parábola de Risco Caído, pues esa es otra de sus maravillas: cuando la luz del sol deja de entrar en el equinoccio de otoño, comienza a penetrar la luz de las lunas llenas en un increíble manejo de los astros que maravilló a la Unesco.