El Centro de Educación Especial Hermano Pedro es un centro público ubicado en Santa Cruz de Tenerife que atiende a 105 alumnos de 3 a 20 años con grados de discapacidad severa.
Sin embargo, las condiciones en las que se encuentran sus instalaciones son lamentables y ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de los estudiantes y el personal.
Así lo denuncia la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro, que lleva reclamando desde 2015 obras de mantenimiento y conservación que nunca se han realizado.
Según su presidenta, Eva Pardellas, el edificio presenta daños evidentes y muy importantes en algunas zonas, como columnas apuntaladas, techos agrietados, aulas clausuradas o salón de actos cerrado.
Además, el centro carece de servicios complementarios esenciales para la atención de los alumnos, como personal sanitario, refuerzo de profesores y cuidadores o accesibilidad adecuada.
Uno de los casos más graves es el de la piscina, que lleva desde 2015 sin poder utilizarse por falta de mantenimiento y que es fundamental para las terapias de rehabilitación de los niños con parálisis.
Ante esta situación, las familias se sienten abandonadas e ignoradas por la Consejería de Educación, que no ha atendido sus demandas ni se ha reunido con ellos.
La consejera Manuela Armas ha afirmado a finales de marzo que está a punto de adjudicar las obras para la sustitución de la carpintería exterior del centro por un importe de 250.000 euros y que hay una partida de fondos europeos que asciende a 885.000 euros destinados a la redacción del proyecto y la ejecución de una reforma integral del centro.
Sin embargo, los padres consideran que estas medidas son insuficientes y tardías, y que no resuelven los problemas más urgentes del centro. Han hecho este trabajo con mucha ilusión y se merecen un reconocimiento con su voto
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El Centro de Educación Especial Hermano Pedro es un centro de referencia en toda la isla, ya que es el único que cuenta con una residencia donde se alojan alumnos durante la semana para ofrecer un respiro a las familias.
De esta manera, unos 35-40 alumnos tienen allí también su hogar. Los padres reclaman que se mejore este espacio y que se garantice la atención temprana y especializada que sus hijos necesitan para su desarrollo e integración social.
