La depresión es una enfermedad mental común que a menudo se presenta con síntomas de ansiedad. Estos trastornos pueden volverse crónicos o recurrentes y llevar a importantes fallas en la habilidad de un individuo para llevar a cabo sus tareas diarias. En casos severos, puede llevar al suicidio. En el mundo se pierden casi un millón de vidas al año por suicidio, lo que se traduce en 3000 suicidios por día. Por cada suicida, hay 20 o más que intentan terminar con su vida (OMS,2012).
Actualmente se conocen los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir depresion:
Género. La depresión es dos o tres veces mas común en las mujeres.
Desventajas económicas, o sea la pobreza.
Desventajas sociales tales como el bajo nivel educativo.
Genética. Si hay alguien con el trastorno en la familia inmediata, se tienen de dos a tres veces mas probabilidades de adquirir la enfermedad en algún momento de la vida.
Exposicion a la violencia.
Ser separado o divorciado, especialmente para los hombres.
Padecer otras enfermedades crónicas.
La depresión mayor es uno de los trastornos psicológicos más prevalentes y que más problemas de discapacidad genera en la actualidad; tanto es así, que la OMS estima que se convertirá en una de las tres principales causas de discapacidad en todo el mundo en el año 2030. Los estudios realizados en nuestro país indican que la prevalencia anual de depresión en Atención Primaria (AP) se encuentra en un rango entre el 9.6% y el 20.2%.
Además, la depresión posee una alta comorbilidad cursando con otros problemas tanto físicos como psicológicos. Por ejemplo, el 41.7% de las personas con un trastorno depresivo sufre un trastorno de ansiedad o un trastorno por consumo de alcohol (Alonso et al., 2004b) mientras que la prevalencia de pacientes con enfermedad física crónica que presenta un trastorno depresivo se ha llegado a situar entre un 9.3% y un 23.0%.
Como hemos señalado anteriormente, la depresión y los problemas físicos guardan una estrecha relación y, en ocasiones, estos pacientes presentan como quejas principales otras dolencias, principalmente de carácter somático, sin hacer una atribución directa a sus problemas emocionales. En este sentido, la probabilidad de presentar síntomas de dolor muscular, de cabeza o de estómago es entre 4 y 7 veces mayor en aquéllos pa- cientes diagnosticados de depresión. Por tanto, la realización de un correcto diagnóstico no siempre es sencilla. Muchas veces, este trastorno del ánimo se infradiagnostica, es decir, no se diagnostica depresión en personas que realmente la sufren, o se sobrediagnostica, al diagnosticar depresión en personas que realmente no la sufren.
Muchas personas no reciben un tratamiento adecuado, lo que a la larga produce abandonos y recaídas, elevando los costes. y lo más preocupante es que hoy en día se ha disparado el consumo de antidepresivos, porque en la mayoría de las ocasiones el abordaje desde la AP y desde las Unidades de Salud Mental (USM) no es el apropiado. No se ofrecen terapias psicológicas, porque ni siquiera las USM cuentan con espacios e infraestructuras adecuadas para ello.
Por lo tanto, tenemos que centrar nuestros esfuerzos en aplicar políticas de promoción y prevención, actuar sobre grupos de riesgo, en realizar diagnósticos correctos, y mejorar la educación de la población acerca de los problemas de salud mental. El hecho de que las personas deprimidas presenten sus problemas psicológicos y/o emocionales como su principal queja se ha mostrado relacionado con una mayor precisión en el diagnóstico. En este sentido, mejorar la educación sobre cómo funcionan los problemas emocionales, cuáles son sus principales síntomas y posibilidades de tratamiento, y reducir la estigmatización en torno a los mismos, puede ser de gran ayuda a la hora de incrementar la probabilidad de que sean expresados y reconocidos en las consultas de AP.
La depresion puede volver difícil aun lo mas simple de cada dia, pero hay cosas que se pueden hacer para sentirse mejor, aunque sea en forma leve: el ejercicio físico para reducir el nivel de estrés y mantener el peso . La alimentación equilibrada. Las técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda. La adquisición de hábitos saludables de sueño. El limitar o abandonar el consumo o abuso de alcohol y sustancias psicoactivas. Etc.
El abordaje de este y otros trastornos mentales, así como de otros problemas de salud requiere cambios sustanciales en todas las políticas públicas y en nuestro sistema sanitario.
Se precisa cambiar el modelo, aplicando políticas de prevención y de promoción de la salud en el marco de una Ley de Salud y de Sanidad de la que carecemos en Canarias, fuertemente demandada ( más de 25000 firmas han respaldado una ILP en este sentido). Hay que desarrollar y mejorar el Plan de Salud de Canarias, aprobado el pasado año en el Parlamento, que solo tiene una vigencia de 2 años, y que carece de los recursos financieros necesarios. Es urgente discutir y aprobar un Plan de Salud Mental integral, que permita profundizar en un modelo asistencial comunitario centrado en las personas, como demandan la población y los profesionales (ASOCIACIÓN CANARIA DE NEUROPSIQUIATRÍA) .
El dia de hoy no debe quedarse en la concienciación de lo que supone la depresión, para las personas que la sufren y para la población en general, sino que debe ser un dia de reivindicación y de búsqueda y consolidación de alianzas entre organizaciones, fuerzas sociales, políticas, profesionales e instituciones que propicien un Pacto por la Salud y la Sanidad Pública en Canarias.