“Se nos rompía a todos el corazón al ver cómo los familiares no se podían despedir de su ser querido”. Esta frase pronunciada por Francisco Puñal Rueda, supervisor de Área Funcional (SAF) de Servicios Médicos del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, resume a la perfección el sentir de los profesionales del centro hospitalario en estos últimos meses de lucha constante contra el COVID-19. En un primer momento, fueron muchas las personas que no se pudieron despedir de su familiar fallecido porque los protocolos así lo establecían ante la alta contagiosidad del SARS-CoV-2.
No obstante, con el paso de los meses y con el conocimiento que se fue adquiriendo de la patología, “parecía factible que se pudiera habilitar un espacio para que los familiares pasaran unos últimos minutos con su ser querido con todas las medidas de seguridad necesarias. Por este motivo, decidimos dejar siempre dos habitaciones preparadas con las medidas de higiene pertinentes para cumplir con este deseo manifestado por muchas familias”, explica Puñal Rueda.
La habitación 36 en la planta 4B derecha y la habitación 1 en la planta 4 B izquierda fueron los espacios designados en el área de Hospitalización del centro hospitalario para que esa pequeña despedida fuera una realidad; un gesto agradecido por los familiares en los complicados momentos que les ha tocado vivir. Equiparse de forma adecuada contando con el asesoramiento y el apoyo de los profesionales del centro para cumplir con las normas de seguridad pertinentes es prioritario para poder acompañar al familiar en este proceso. También en el área donde se encuentran los pacientes críticos se ofrece a los familiares la posibilidad de acompañar a su ser querido en sus últimos momentos. “Cuando empezó todo esto, una familia nos pidió, por favor, que se les permitiera despedirse de su familiar. Además, se daba la circunstancia de que la mujer estaba también ingresada en el Hospital. A partir de ahí, comenzamos a darnos cuenta de que era una situación con la que nos íbamos a encontrar más a menudo, por lo que era necesario ofrecer una solución”, apunta Francisco Puñal.
La pandemia motivada por el COVID-19 ha abierto el debate entre los expertos ante la necesidad de potenciar la humanización de la sanidad, especialmente, en estos momentos de intensa crisis sanitaria, económica y social. El acompañamiento al enfermo en la fase final de su vida es uno de los pilares fundamentales sobre los que se sustenta este proceso de humanización que se enmarca, además, entre los objetivos de humanización y cercanía al paciente establecidos por el Servicio Canario de la Salud (SCS).
Proceso doloroso
Los expertos se muestran de acuerdo a la hora de afirmar que el COVID-19 se ha convertido en una realidad capaz de bloquear a nivel emocional al ser humano que lo siente como una amenaza intensa. Por este motivo, lograr que al menos el paciente no muera solo sino rodeado de las personas que le quieren es un paso “muy importante que también a nosotros, a los profesionales, nos ha ayudado mucho porque era muy duro ver el sufrimiento de estas familias”, destaca el supervisor. El cambio del criterio que existía inicialmente y que permite en la actualidad a los familiares tener un último contacto con su ser querido es, a juicio de Carmen Batista, psicóloga del servicio de Medicina Paliativa del Hospital Dr. Negrín, “fundamental para las familias porque se les está permitiendo cerrar un ciclo de su vida”. Afrontar en cualquier circunstancia la muerte de un familiar es siempre un proceso complicado, pero hacerlo rodeado de las circunstancias actuales resulta aún más doloroso.
Duelo anticipado
El Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín es pionero en la implantación de los cuidados paliativos en Canarias. Desde sus inicios hace más de 30 años, se han atendido a más de 25.000 pacientes. Durante el pasado año 2019, concretamente, el servicio de Medicina Paliativa del centro hospitalario atendió en su Unidad de Hospitalización a más de 800 pacientes. La despedida forma parte de un duelo anticipado que hace algo menos doloroso la situación por la que atraviesan las familias que en estos últimos meses han perdido a sus seres queridos debido a la infección del coronavirus. Los profesionales del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín insisten en la necesidad de continuar trabajando en el abordaje de la atención y cuidado de la persona enferma en todas sus dimensiones incluyendo sus últimos momentos en donde el calor, el apoyo y el adiós de sus familias les reconforta en el final de sus vidas.