El objetivo de la Estrategia +CO(mpensa)2 es el de alcanzar la neutralidad climática de la organización en 2030.
Cruz Roja es una organización social que apuesta por medir y registrar la huella de carbono que genera y tomar medidas para minimizar el impacto ambiental.
Por ello, la organización trabaja en un plan de reducción de emisiones para que tanto a través del control de nuestra actividad como con la eficiencia energética de los edificios y la flota de vehículos se contribuya a los acuerdos de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible que apuestan por la alianza por el clima.
En esta línea, Cruz Roja ha puesto en marcha un novedoso proyecto, +CO(mpensa)2. “El objetivo de este plan es contrarrestar las emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero que Cruz Roja genera durante su actividad a través de la reforestación de espacios y entornos naturales, mediante el aprovechamiento de la capacidad fotosintética de las plantas para absorber el CO2 de la atmósfera, haciendo que se reduzca así la concentración de esos gases en el aire”, indica Sara Casas, responsable del área de Medio Ambiente de la organización.
+CO(mpensa)2 es un plan pensado a nivel estatal cuya implantación será progresiva a lo largo de los próximos nueve años centrada en proyectos sencillos y básicos de reforestación bajo unas claves comunes:
⦁ Utilizar plantas autóctonas.
⦁ Potenciar cambio de usos de suelo para la creación de superficie forestal.
⦁ Permanencia de mínimo 30 años para poder medir las absorciones producidas.
⦁ Contar con un Plan de Gestión que establezca cada cinco años el seguimiento, desde la puesta en marcha del proyecto.
Bajo estas pautas, y siguiendo el Proyecto de Absorción de CO₂ de Cruz Roja, se están programando acciones de reforestación en diferentes zonas de España. “A través de este proyecto de compensación, donde el compromiso es alcanzar la neutralidad climática para el 2030 y que comienza este año, se espera compensar las 15.086,06 Tn de CO2 emitidas por la organización según la huella de carbono calculada para este periodo. Esto implicará una implantación progresiva del proyecto que conjugue los proyectos de reducción con los de compensación”, indica la portavoz de Cruz Roja.
En Canarias se está contactando con las diferentes administraciones para conseguir terrenos que puedan ser reforestados, bien de propiedad pública o privada.
Cruz Roja y el Medio Ambiente
El cuidado del Medio Ambiente ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una obligación para todos los habitantes del planeta. No hay duda: nuestra supervivencia está en riesgo. Asimismo, la conservación de los bienes naturales también repercute en una mayor justicia social, ya que evita las amenazas, las desigualdades y la pobreza extrema en determinadas zonas del mundo. “El día a día de millones de personas está en juego. Nuestro mandato humanitario nos obliga a reducir el impacto humanitario derivado de la crisis climática. No podemos seguir permitiendo que exista despilfarro energético mientras haya personas que no puedan permitirse mantener una temperatura adecuada en su hogar. Si queremos tener un futuro, cualquiera que sea, hay que evitar el aumento de la temperatura global del planeta, limitando las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas a la atmósfera y con la llegada masiva de microplásticos a la naturaleza”, recalca Sara Casas.
Son muchas las personas que han integrado este discurso como una forma de vida y han decidido, de una manera u otra, participar en las actividades de voluntariado a favor del entorno y de las personas. Según apunta Sara Casas, “una de las áreas más desconocidas de Cruz Roja es la de Medio Ambiente. Nuestra labor en este sentido engloba desde la educación en valores ambientales para la concienciación social, a la mejora de nuestro entorno con acciones directas de conservación y limpieza (proyecto Libera), la lucha contra la pobreza energética o la gestión ambiental de la propia Organización preocupada por reducir el impacto de sus actividades (+CO(mpensa)2)”.
Para que todo esto sea posible, se requiere la participación de las personas voluntarias, ya sea ayudando en las labores de conservación de los espacios naturales o ayudando a las familias en labores de asesoramiento y mejora de la eficiencia energética en su hogar.
“Para formar parte del voluntariado ambiental no se precisa ningún requisito: solamente, las ganas. Hay desde personas mayores a estudiantes jóvenes; desde expertos en Medio Ambiente a personas poco habituadas a entornos rurales”, indica la portavoz de Cruz Roja. También se plantean otras actividades que contribuyen al objetivo global del cuidado de la naturaleza -– actividades en parques nacionales, limpiezas de ríos, reforestaciones, actividades en huertos ecosociales o la promoción de buenas prácticas ambientales en todo el territorio nacional, con la importante participación de la Asociación Juvenil de Cruz Roja hacia el colectivo infanto-juvenil. “Quienes participan en ellas coinciden: cuanto realizas una acción de mejora del entorno, los beneficios que obtienes por parte de la naturaleza se duplican”, destaca Sara Casas.