En 2015, cuando usted se presentó a las elecciones tras las que, después de recabar los suficientes apoyos parlamentarios, fue designado presidente, el programa electoral de su partido prometía “incrementar el presupuesto de inversión en educación hasta alcanzar la media europea”. Ese año la media europea ya estaba en el 4,9 % del PIB.
Queremos suponer que, si usted y su partido se comprometieron a eso y lo señalaron como primer objetivo del ámbito educativo, no solo lo hicieron porque lo consideraban importante sino porque lo consideraban, asimismo, posible.
Cuando hicieron esa promesa la acompañaron de una serie de propósitos que la justificaban. Dijeron que era necesaria para “acometer con suficiencia los retos en materia de personal, de servicios complementarios, de mejora de infraestructuras y dotaciones, así como de becas y ayudas al estudio de las diferentes etapas y ofertas educativa.”
Hoy, viendo su resistencia a elevar hasta el 4% el presupuesto de Educación para 2019, no dejamos de preguntarnos los motivos de su incumplimiento.
¿Es que no considera grave que los niños de 0 a 3 años y sus familias sufran la más baja tasa de escolarización de todo el país? Usted mismo encargó un informe a las universidades canarias que pone de relieve la importancia de esta etapa educativa (estimuladora y potenciadora del desarrollo, preventiva en cuanto a las dificultades educativas y compensadora de desigualdades originadas por el entorno social, cultural y económico adverso); y el Consejo Escolar de Canarias, máximo órgano de representación de la comunidad educativa canaria, se lo ha demandado de forma reiterada y unánime. Sr. Clavijo, crear las 11.000 plazas de Educación Infantil 0-3 años necesarias para equipararnos a la media del estado supone una inversión de 70 millones de euros. Posiblemente menos que las rebajas fiscales previstas. Sus actos definen sus prioridades.
¿Es que acaso ha descubierto que el presupuesto actual es suficiente para acometer los retos pendientes en materia de infraestructuras y personal? No puede afirmarse eso cuando todavía tenemos 23 centros con cubiertas de amianto, cuando no hemos recuperado la gratuidad de los libros de texto o cuando somos la segunda comunidad con mayor déficit de profesores. El curso pasado, sin ir más lejos, teníamos 2.400 profesores menos que la media de las comunidades autónomas y ese déficit, entre otras muchas consecuencias, repercute siempre en los más débiles, en el alumnado con más necesidades. Queda claro que los recursos actuales no permiten acometer con suficiencia las carencias en materia de infraestructuras o personal.
Si los presupuestos de Educación para 2019 no alcanzan el 4% del PIB estará usted incumpliendo su programa electoral, y, aún más, la ley. La Ley Canaria de Educación, aprobada en 2014, obliga a incrementar el presupuesto de Educación progresivamente desde el 3,8% del PIB de aquel año hasta el 5% en 2022. En la actualidad, en el que para cumplir con la progresión prevista deberíamos estar por encima del 4%, apenas llegamos al 3,6% del PIB, lo que confirma su incumplimiento reiterado durante estos años en los que, además, ni siquiera se han publicado los desarrollos de la ley previstos por la misma para el 2016.
No solo el Consejo Escolar de Canarias sino el Diputado del Común, las dos Universidades Canarias y la totalidad de los grupos parlamentarios han tenido que recordarle su obligación de cumplir con la Ley Canaria de Educación y le han instado a elevar el presupuesto de Educación para 2019 al 4% del PIB.
La recuperación económica y las transferencias del Estado han creado oportunidades de financiación que no existían hace unos años. Usted mismo lo ha afirmado públicamente.
El retraso educativo de Canarias, el bajo nivel de estudios de su población adulta, los déficits heredados, la necesidad de una apuesta digital como elemento clave en la alfabetización del siglo XXI, la obligación de garantizar la accesibilidad universal como parte del derecho a la educación son retos tambien que requieren esfuerzos. Los altos índices de pobreza de nuestra sociedad y el peligro de su consolidación generacional solo pueden ser superados a través de la apuesta por la educación como opción prioritaria para asegurar un futuro digno. La profundidad de los recortes sufridos durante la crisis, hacen especialmente necesario un esfuerzo inversor que permita cumplir con su promesa electoral y con la ley. Y, sobre todo, con Canarias y su ciudadanía.
La próxima semana, probablemente, presentará ante el Parlamento canario su proyecto de presupuestos para la Comunidad Autónoma. Sr. Clavijo, tiene usted la oportunidad de cumplir la Ley y su compromiso con los electores y electoras de “incrementar el presupuesto de inversión en educación hasta alcanzar la media europea”. Esperamos que en las cuentas públicas canarias para 2019 incluya el 4% del PIB para Educación y cumpla con los niños y niñas de Canarias.
Isabel Teresa Gómez Gutiérrez y Carlos Quesada Frigolet (miembros de la Plataforma por el 5% del PIB para la Educación)