El estudio desarrollado por el Grupo de investigación en Ecofisiología de los Organismos Marinos (EOMAR) del Instituto Universitario ECOAQUA de la ULPGC documenta por vez primera la ingesta de plásticos en lubinas cultivadas, una de las especies de peces a nivel comercial más importantes del mundo.
Una investigación del grupo EOMAR del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, publicada recientemente en la prestigiosa ‘Marine Pollution Bulletin’ documenta por vez primera la ingesta de plásticos en lubinas cultivadas, una de las especies de peces a nivel comercial más importantes del mundo.
En el estudio, que lleva el título de ‘Evidencia sobre ingestión de microplástico por lubinas cultivadas (Dicentrarchus labrax)’, y en el que han participado también el Earth and Environmental Science Department de la Universidad de Milán Bicocca (Italia) y el Centro Oceanográfico de Canarias, revela que de las 83 lubinas examinadas, 53 habían ingerido algún tipo de basura de origen humano, lo que representa el 65% del total de la muestra investigada.
En total se encontraron evidencias sobre la existencia de 119 partículas de desechos antropogénicos en los tractos digestivos de los peces estudiados entre 2016 y 2017, en su mayoría, un 97,5%, se trataban de microplásticos de menos de 5 milímetros.
La mayor parte de los plásticos hallados en las lubinas estaban formados por fibras de celulosa o celofán, por fragmentos de polipropileno (PP) y polietileno (PE), uno de los plásticos más comunes y más usados en todo el mundo gracias a la simplicidad y al bajo coste de su fabricación. Sin embargo, también se encontraron polímeros menos usuales como el polynorbornen o la resina fenólica, (hallados por primera vez en los aparatos digestivos de los peces), o restos de redes de pesca y de films.
Las evidencias sobre los colores de las citadas partículas (azul en un 26%, amarillo en un 24 por ciento, negro en un 17% y transparente en un 14%) sumado a su morfología y a los tipos de polímeros encontrados en combinación a la ubicación de las jaulas de acuicultura hacen que los investigadores firmantes del trabajo: Stefanie Reinold, Alicia Herrera, Francesco Saliu, Carlos Hernández-González, Ico Martínez, Marina Lasagni y May Gómez; sospechen sobre la existencia de una conexión relevante entre la contaminación causada por los núcleos urbanos, las actividades turísticas y de ocio marino, los sumideros de la depuradoras, entre otros factores, con lo que la cifra podría ser similar si el estudio realizado se refiriese a peces de captura.
De hecho, el año pasado, otro estudio de los investigadores del IU-ECOAQUA de la ULPGC, en el que también participaron Alicia Herrera, Ico Martínez y May Gómez, entre otros, en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Delaware (Estados Unidos), determinó que 94 de las 120 caballas compradas en cofradías de Lanzarote y Gran Canaria para su investigación, contenían microplásticos en sus estómagos, un 80% del total de la muestra. En este caso, se hallaron 260 partículas de polímeros de menos de 5 milímetros en los tractos digestivos de esta otra importante especie marina a escala comercial.
Como consecuencia de estos estudios del grupo EOMAR del IU-ECOAQUA, los investigadores advierten sobre la urgencia de “tomar conciencia respecto a esta problemática y mejorar la regulación y la gestión de los vertidos de aguas residuales al mar abierto”.
‘Marine Pollution Bulletin’, publicación que registra esta investigación, es una de las revistas científicas más importantes del mundo sobre contaminación marina. Se encuentra en el Q1 en el marco del área de biología marina y cuenta con un factor de impacto de 4,049, según el Journal Citation Reports de 2020.