Que en el sur de Tenerife estamos sufriendo el mayor abandono sanitario que jamás se haya visto a lo largo de la historia no es novedad. Varias décadas de reivindicación ciudadana ha conseguido que se haya podido conseguir un terreno para el tan necesitado hospital del sur. Décadas de lucha social han conseguido que hoy tengamos en funcionamiento un CAE, pero sólo eso, no un hospital como lo llaman los negacionistas de esta necesidad, entiéndase gobernantes de Canarias, pero ese Mojón contiene actos humillantes hacia los pacientes.
En la primera planta de ese CAE están las consultas y unidades de pruebas medicas de las especialidades médicas y, en este caso nos centramos en las especialidades de Digestivo, Ginecología, Tocología, Urología y Nefrología, todas ellas en la primera planta ala derecha y el único baño, repito, ÚNICO BAÑO, en el ala izquierda.
Se desconoce si el arquitecto o arquitecta del proyecto no entendió esta necesidad, o los que encargaron el diseño no se dejaron asesorar por técnico alguno, pero lo cierto es que los pacientes que acuden a ser atendidos en estas especialidades se arriesgan a salir del centro humillados, con rabia contenida y lágrimas en los ojos.
Es de sentido común (el menos común de los sentidos), que cuando una persona acude a estas consultas no va a tomar cañas precisamente, que sus patologías les hacen que cuando sientan la necesidad de acudir a una wáter, no pueden esperar y, no es entendible que cuando se da esta circunstancia tengan que recorrer todo el pasillo, transcurriendo por más de treinta consultas medicas, cuatro salas de espera, despachos, habitaciones habilitadas para los sanitarios, etc. hasta llegar al único baño, que como único siempre está ocupado y, probablemente con cola de espera, si es que llega conteniendo las necesidades por las que se ve obligado a acudir al baño. A lo que hay que añadir que muchas personas que precisan estas atenciones sanitarias sufren de movilidad reducida incrementándose el tiempo y las dificultades de poder llegar al tan ansiado cuarto de baño.
Con esta desidia y actitud inhumana de quienes han dirigido y dirigen la sanidad pública en canarias, no es de extrañar que se pueda ver algunas personas con los pantalones, faldas y muslos mojados, e incluso alguna prenda sucia desprendiendo mal olor, condenando a las personas sufridoras de esta maldad intencionada a la mayor de las humillaciones públicas a las que se puede castigar a un ser humano por el mero hecho de enfermar. No sólo la humillación se centra en el momento, porque una vez terminada su consulta, tiene que volver a pasar por el largo pasillo delante de todas esas consultas, de las distintas salas de espera, de la oficina de atención al paciente, bajar a la planta baja, dirigirse a la salida por la recepción, dirigirse al aparcamiento si ha ido en vehículo propio, o bien continuando con su humillación inducida si tiene que optar por transporte público.
Ya somos muchas personas quienes nos preguntamos por qué en otros lugares existe cuartos de baños anexos a cada consulta y/o sala de espera, en cambio en el Mojón sólo uno y en la otra esquina. ¿Despiste? ¿Intencionalidad? ¿Maldad?… ¡vete tú a saber!…
Pero si hay que reconocerle al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife una cosa bien hecha: el nombre de este centro, EL MOJÓN, porque por desgracia sólo es eso.
Por: Toño Linares.