Poco ha tardado el presidente de los constructores de Tenerife en subirse a la buena ola, tal surfero se tratase, en posicionarse en la comparación del hospital que los chinos quieren hacer en 10 días, al del sur de Tenerife que llevamos más de 30 años en espera, cuando nunca estos constructores se han posicionado en la defensa de esta necesaria e histórica reivindicación sanitaria, pero lo hace para argumentar las trabas burocráticas que se tienen en esta tierra a la hora de emprender sus infraestructuras, no vaya ser que dejemos pasar la ola y no lleguemos a tiempo a la playa.
¿Cuándo se han posicionado estos constructores en la defensa del hospital del sur? ¿Por qué no han optado a su construcción permitiendo que sea una empresa foránea quien la lleve a cabo?, ¿Quizás para no ofender al colega que dirige y manda en la sanidad canaria? ¿Se les ha oído alguna vez hablar de la necesidad de viviendas sociales? ¿De escuelas e institutos? ¿De centros culturales? ¿De construir teatros, bibliotecas, facultades universitarias…?, sólo les interesa las infraestructuras que tienen rechazo social, modelo gilimuelle de Granadilla, obra inútil y devastadora de un litoral, donde la justicia está investigando unas comisiones del 3%, como acto de corrupción político-empresarial. Obras donde la mamandurria de para mucho.
No contento con reivindicar lo suyo, legitimo pero de dudosa ética, se suma a los condenados judicialmente como Zerolo, Plasencia y Compañía, en descalificar a quienes cuestionamos o nos oponemos a la destrucción del territorio con el fin de agrandar sus cuentas de resultados, pues los susodichos personales que no dudaron en calificarnos de “terroristas sociales”, “golpistas civiles”, talibanes ecologistas” y unas cuantas lindezas más, este añade “los noistas” (fisno que nos ha salido el hombre), al tiempo que comenta que siempre aparece “los escarabajos atentos y rápidos”, pero quizás ignore que en la última década se han extinguido centenares de especies en el mundo, es decir ha desaparecido parte de la vida, que tenemos un grave problema climático y medioambiental, por lo que debemos replantear nuestro modelo de vida.
Habla de un bienestar social con un desarrollo sostenible para la isla. Algo falla aquí, pues desarrollo sostenible es antagónico con la detracción del territorio. Quizás primero habría que ponernos de acuerdo, el conjunto de la ciudadanía, en definir claramente que es desarrollo sostenible, pues cada cual lo abandera dependiendo de sus propios intereses.
En fin que con estos tenemos que arar y seguiremos sin hospitales, pero con gilimuelles, gilipuertos, tristes trenes, carreteras colapsadas para justificar otro carril más, macrohoteles en las playas…, y estos personajes quejándose porque no les dejan construir en el Teide.
Por: Toño Linares.