La manifestación del 20 de abril nos ha traído recuerdos de aquellas movilizaciones que se realizaban desde principios del presente siglo, tanto por el volumen de manifestantes, el motivo y el, “modus operandi” de los que pretendían desmovilizar a la ciudadanía. Y es que mientras los que queremos avanzar hacia una sociedad mas igualitaria y justa, los detractores y aludidos involucionan o conservan viejas “mañas”.
Bajo el paragua de Asamblea por Tenerife se conseguía movilizar a mas de cien mil personas, pero los medios y el poder establecido hablaba de 20.000, los mismos puestos de trabajo que decían que iba a crear el gilimuelle de Granadilla habiendo creado solamente un gran pelotazo. Pero no solo era el gilimuelle de Granadilla las reivindicaciones, se hablaba y luchaba contra el puerto de Tacoronte (felizmente paralizado), contra la implantación masiva de centrales térmicas en la isla, contra la destrucción del territorio para más carreteras, mas pistas de aeropuertos, contra la corrupción…, en definitiva, se luchaba contra el modelo socio-económico impuesto a esta tierra.
En noviembre de 2004, al mismo tiempo que se realizaban manifestaciones en Tenerife con motivo análogo al del 20 de abril, la isla de Lanzarote se vio afectada con una plaga de langostas y en ambas islas utilizaron avionetas para contabilizar tales actos y, mientras en Lanzarote fueron capaces de contar 2.000.000 de insectos, en Tenerife solo llegaron a ver un máximo de 50.000 personas.
Fue en noviembre de 2005, cuando para desmovilizar, o al menos intentarlo, trajeron al Ferrari de Michael Schumacher, campeón del mundo de formula 1, para el 20 de abril organizaron festivales varios con cerveza y entradas gratis, suspendieron el transporte público, cuando en carnavales lo amplían, vamos, el mismo “modus operandi” de antaño debido a su poca capacidad creativa e imaginativa y, el estar anclados en el pasado.
Desde al nacimiento de Asamblea por Tenerife y, bajo el temor al “espíritu de Vilaflor”, los dirigentes políticos y empresariales, utilizando el altavoz que les proporcionaba los medios de comunicación, echaron a funcionar sus “bocazas” para lanzar lindezas contra toda aquella persona que osase a discrepar sobre sus intenciones: nos llamaron “terroristas sociales”, “golpistas civiles”, “talibanes ecologistas”, “chiitas fundamentalistas” y otras tantas “preciosidades verbales” indignas de cualquiera que se denomine ser humano. Pero el tiempo, que es el mejor juez que existe, al ser capaz de poner a cada uno en su sitio, determinó que estos malhablados terminasen condenados, algunos de ellos en el talego, la gran mayoría de nosotros no tenemos ni una multa de tráfico.
En esta manifestación han utilizado la denominación de turismofóbicos a todo aquel que osase en pedir un modelo diferente, y si el entonces presidente de Fepeco nos llamó talibanes ecologistas, el actual ha soltado la lengua para denominarnos vagos. Síntoma de que siguen anclados en tiempos pretéritos y que por lo visto no quieren, o no saben, hacer negocio sin corruptelas y sin destruir el territorio.
Tras la manifestación del 20 de abril, algunos políticos expresaron sus opiniones, para ratificar a la ciudadanía que ellos no están por la labor de mejorar nada, sino para seguir siendo los que ejecutan los mandatos del poder económico. Ahí podemos leer a Román Rodríguez, presidente del gobierno de Canarias entre 1999 y 2003, quien negó el hospital del sur de Tenerife, afirmando que no se justificaba, que autorizó destrozar los montes de Vilafor para mayor gloria de Endesa, objetivo que le paramos en la calle, y que tras la manifestación del 20ª ha dicho: “Decenas de miles de canarios y canarias reclamando hoy otro modelo turístico. Con ecotasa, respeto al medio ambiente y un justo reparto de la riqueza en las islas. El Gobierno debe volver a escuchar a la ciudadanía. El cambio es necesario. El cambio es posible.” Y lo dice sin ponerse colorado a sabiendas que hace pocos meses ostentaba la vicepresidencia del Gobierno de Canarias, como si los problemas sociales de Canarias se descubrieron la pasada semana. Otro personaje que ha salido a la palestra ha sido el que fuese consejero de medio ambiente del gobierno de Canarias, el señor Valbuena, quién ha escrito: “La manifestación #Canarias tiene un límite# ha sido un éxito por pate de los colectivos convocantes. Los datos de 30.000 personas están mal. Eran cerca de 100.000. Me gustan los números, y la superficie ocupada por la manifestación desde Weyler a Plaza de España es de unos 32.900m2.” Otro personaje que se cree que los problemas que ha ocasionado que se saliese a la calle se crearon la pasada semana santa. Estos dos, y otros tantos más, tuvieron la oportunidad de mejorar y cambiar todo esto y, lo que hicieron fue empeorarlo. Así que lecciones ningunas. Otras declaraciones indignantes ha sido las que han pronunciado desde Coalición Canaria diciendo “que la manifestación del 20 A ratifica el trabajo iniciado por el actual gobierno”. Esto ultimo no merece ni un solo comentario por tanta hipocresía y despotismo.
Pero siempre hay algo positivo en estas nefastas declaraciones y, si observamos las declaraciones del exconsejero de medio ambiente, que nos dice que el recorrido tiene 32.900 metros cuadrados y, sabemos que estaba todo petados, que en algunos momentos teníamos que quitarle al aire al de al lado, pudiendo afirmar que habían como 4 personas por metro cuadrado, pero seamos conservadores y digamos 2.5 personas de media por metro, y nos da 82.250, a las que hay que añadir las personas “apelotonadas” en las calles adyacentes, por o que no es descartable que en la manifestación del 20 de abril, en Tenerife, asistimos unas 125.000 personas. Gústele o no les guste. Y si le sumamos las que se manifestaron en el resto de las islas y en las distintas ciudades extrafronterizas de Canarias, estamos hablando de mas de 200.000 personas manifestando su descontento con el actual modelo socioeconómico de Canarias. Y lo cierto es que, si siguen reduciendo la cantidad de asistentes, es como el discutir si son galgos o podencos, ¡Allá ellos!
Lo que si está claro es que, si tienes la lista de espera sanitarias mas grandes del estado, si tiene el nivel de desempleo estructural mas alto del estado, si tienes uno de los mayores problemas habitacionales del estado, si tienes los salarios más bajos del estado, si tienes la lista de espera mas larga en dependencia, si tienes el fracaso escolar mayor del estado, si tienes la mayor tasa de pobreza y exclusión social, y un futuro incierto para los jóvenes, es que el modelo socioeconómico es un fiasco. Mejor, pararnos a pensar. Toño Linares.