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Jesús Millán Muñoz | ¿ Soy elitista?

¿ Soy elitista?

¿Soy o eres? ¿Todo el mundo aspira a ser del grupo de los más grandes en el tema o actividad de su vocación o profesión? ¿Te sientes de la elite en algo, aunque no lo seas?

Lo he indicado varias veces, estoy realizando-construyendo un edificio de homenaje a varias docenas de escritores y articulistas y periodistas, del hoy y del ayer. Con dos perspectivas diversas y diferentes, en unos casos, comento-analizo-biografió algún aspecto de alguno de ellos, en otros, tomo alguno de sus artículos-columnas, y, planteo, el mismo tema desde algún otro punto de partida, o quizás, el título me sirve de perspectiva o dirección para reflexionar, sobre alguna cuestión. Pero siempre con el respeto que merecen los mayores, aunque algunos columnistas que comento son más jóvenes en edad que yo, pero me merecen también mi más profunda estima. Hoy, le ha tocado a Elvira Lindo, en el artículo del mismo nombre de éste, publicado en El País el 26 de junio del 2015.

Aunque he reflexionado bastante sobre el concepto élite, en la medida de lo posible he leído algo, desde la sociología y la antropología, no me ha quedado claro, nunca, exactamente lo que esto significa. Después el mundo está embrollado, si existe o no, elites continentales o nacionales o mundiales que son los grupos que nos dirigen-gobiernan-gestionan o, al menos intentan encauzar el mundo social y humano. En esta perspectiva se han derrochado millones de bits de información, pero, debo aclarar que no lo tengo claro, ni obvio. Aunque en toda la Historia siempre han existido estratos sociales, y, unos los de arriba, en la medida que han podido han dirigido el cotarro de la sociedad, de la pequeña o mediana o gran historia, y después, el resto de actores han entrado en el teatro, queriéndolo o no.

Pero de lo que hablamos son de las elites culturales, y si, cada ser humano se siente y es o forma parte de la elite en un terreno o actividad. Al final, en un pueblo de diez mil habitantes, quizás, solo existan cinco panaderos, cinco talleres de vehículos, cinco médicos, cinco veterinarios, cinco y cinco y cinco… Cifra simbólica, estimado-a lector-a, ya sé, que en unos campos habrá más de algo y menos de algo, ya sé que habrá más agricultores que médicos, más amas de casa que  trabajadoras en la industria, etc. Pero no olvide, usted, en qué juego y campo nos movemos, estamos en el columnismo literario de opinión. Es decir, dónde se mezclan y combinan literatura y temas de actualidad, aunque sean del pasado, y, en el caso de este escribiente, toques de filosofía-metafísica, además de rozar otros campos.

He conocido en todas las actividades culturales, de creación y de investigación, de artes y de ciencias sociales-humanas, a personas, que han ido pasando-atravesando todos los desiertos-vergeles-bosques-mares-ríos-montañas. Según les ha ido, la partida-juego de la cultura, se han ido sintiendo elites culturales, después, quizás, ser un ser más rutinario y normal que practica un arte o un saber, y, en muchos casos, demasiados seres humanos, que sienten que han perdido todo el partido-juego-cancha, es decir, que han fracasado. También es cierto, depende de la personalidad original o fundamental de esa persona. O, también de sus metas, más altas o más medianas, también de sus pasiones-deseos-pulsiones, controladas o semicontroladas o descontroladas o descarnadas o desequilibradas o armonizadas…

Es cierto, decir lo contrario, sería falsa humildad, en definitiva, vanidad-soberbia, una de los tipos que existen, que sé, sé más que la media de la población de literatura, de arte plástico, de filosofía, pero también sé, a continuación, menos de la media, de docenas de temas, entre otros no sé, poner un enchufe, ni sé tampoco las calorías de todos los alimentos, ni asisto a ningún gimnasio para imitar a los viejos griegos o quizás, para ser autoestimado más, o quizás, para tener más éxito en la sociedad…

¿Pero de la cultura, la Cultura, y de las actividades, que un día, creíste-pensaste, que tenías un lugar, que alcanzarías un lugar en toda la escala de los creadores e investigadores en esas facetas, antedichas…? ¿Estoy en la elite, elite local o elite provincial o elite regional o elite nacional…? Es obvio y evidente, en mi caso es no. ¿Qué puedo decir…? No tengo talento suficiente, no piso las aceras convenientes, no resido en la localidad adecuada, no sé vender mi producto cultural, no tengo grandes dotes de vender del producto y del vendedor del creador, no tengo un grupo que apoye, no estoy en contra de ninguna ideología, no tengo mentores, no dedico un tiempo apreciable a la vida cultural…

Ni siquiera por no saber, ni sé, todo lo que he hecho con mi autoria, cuánto ya está perdido y destruido, ni siquiera sé, si dentro de cincuenta años, quedará una proporción suficiente de todo el material que se ha producido, sea de alta calidad o de baja. Ni siquiera consigo, llevo décadas indicándolo, se hagan centros documentales virtuales de cada temática o especialidad, de escritores por regiones, de autores plásticos regionales, de filósofos y pensadores por territorios, etc. Siempre sin selecciones previas, sino solamente los que existen, igual que los naturalistas-biólogos-botánicos fichan a todos los ejemplares de todas las especies, sin selecciones previas.

Elvira Lindo, a la que nunca conoceré en persona, algo la voy entendiendo en sus artículos. Pues, expreso lo que siempre indico, es un regalo que una persona, nos done sus palabras y sus frases y sus ideas y sus conceptos y sus percepciones y algo de su corazón. Puede que no estemos de acuerdo con ella o con cualquier otro escritor en todo, pero deberíamos ser agradecidos, una persona equis, en este caso, nuestra escritora, nos da un regalo de palabras, quizás, un café o un chocolate a la taza, un poco más caliente o un poco más dulce o un poco más agrio de nuestro gusto, pero es un regalo que nos ofrece. Seamos generosos, seamos agradecidos. Aquí, mi modesto homenaje a esta escritora y guionista y relatista de cuentos y columnista. Paz y bien.

Jesús Millán Muñoz

 

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