Seguimos en la misma línea de siempre, defendiendo a Tenerife, con total independencia, ni servidumbre alguna, ni a nadie, ni a nada.
Las colas se acabarán, cuando se ejecuten las obras de carreteras, que la isla reclama y requiere, pero que la mayoría de los políticos insulares, son incapaces de implementarlas.
No vale quedarse en experimentos, más o menos graciosos o actuaciones más simbólicas, que realistas o efectivas, porque literalmente, se está tomando el pelo a la ciudadanía.
Una burla permanente. Mucha torpeza, demasiada habladuría y sonrisa postiza, evidente mediocridad gestora. Vuelve a repetirse lo de siempre, la discusión permanente, la propaganda electoralista y cansina, las ruedas de prensa, para anunciar iniciativas, huecas y llenas de humo.
Sólo falta volver a que presenten infografías muy bonitas de carreteras supersónicas o reuniones con los alcaldes del norte o del sur de la isla, para que la historia se repita lamentablemente. En vez de avanzar retrocedemos o más bien dicho, estamos parados en el atasco persistente.
Si no hay obra pública de carreteras en Tenerife, todo lo demás, es pura invención, engaño y charlatanería. El enfado y desagrado de la gente, va en aumento proporcional a las trolas que nos quieren vender.