Lo del teletrabajo parece que se le está atragantado al Gobierno de Canarias y no lo está asimilando bien. Han reconocido públicamente que, desde el comienzo de la pandemia, no se ha verificado, fehacientemente, la labor de los funcionarios que se han quedado o están en casa haciendo su labor.
Es decir, sin control. Tampoco saben el número exacto de personal que está ejerciendo esta modalidad o lo hará en el futuro, lo que demuestra que, por lo menos, ha faltado rigor diligente o expedito e incumplimiento absoluto de responsabilidad en la gobernanza de la cosa pública.
Ahora quieren poner tres días a la semana para teletrabajar, quizás en una medida electoral, para contentar a los sindicatos, pensando sacar un puñado de votos, de los que deberían estar físicamente en los edificios públicos, pero en cambio, están en sus hogares o por lo menos, eso imaginamos.
En realidad, se le está volviendo en contra, ante el enfado generalizado de la ciudadanía, que sufre diariamente la atrofia de una Función Pública, a todas luces deficiente.
No todos los funcionarios están de acuerdo con esta medida, una gran mayoría está en contra, porque ven discriminaciones, conocen el atasco monumental que hay en casi todos los servicios, en cuanto a la resolución de expedientes y además, son verdaderos profesionales responsables.
El problema no es la persona, bueno, en algunos casos si sucede, pero en general, el contratiempo es el sistema que se quiere implementar, lo primero que habría que preguntarles a los gobernantes es si ¿ya tiene el Ejecutivo Autonómico, establecidos pormenorizadamente, los protocolos de comprobación, inspección y registro, de la cuantificación de la productividad, al quedarse a trabajar el empleado público en su casa?, porque a lo mejor, se están poniendo los bueyes delante de la carreta.
Esta modalidad productiva de trabajo y lo decimos con toda la ironía del mundo, nos imaginamos que llevará aparejada otras medidas suplementarias.
En primer lugar, el Gobierno de Canarias, tendrá que comprar ordenadores a las familias que no lo tienen, por carecer de medios económicos, ya que primero tienen que comer y también, tienen que hacer sus gestiones administrativas, como todos los demás.
Por otra parte, se esforzarán para hacer cursos formativos, a los funcionarios que teletrabajen, para enseñarles a coger el teléfono cuando suena, al momento y no cuando quieran discrecionalmente.
En tercer lugar, contratarán a cientos de informáticos, para que vigilen, que las plataformas digitales funcionen con normalidad y no cuando les de la gana, porque la experiencia que padecemos, es que la mayoría de las veces, están caídas o fuera de servicio, colapsadas continuamente.
Ya no decimos nada de la Cita Previa, porque es como mentar al diablejo y tomarse la pastilla de la presión inmediatamente, por sus efectos somáticos sobre las personas.
Los Economistas, Titulados Mercantiles y Asesores Fiscales, han denunciado públicamente el “pésimo” funcionamiento de la sede electrónica de la Agencia Tributaria Canaria, un problema que lleva años enquistado y que “perjudica a todos los contribuyentes”.
Dicen textualmente que “trimestre tras trimestre, sufrimos en primera persona innumerables problemas en la presentación de los modelos tributarios. La página se bloquea, es lenta, se desconecta, no reconoce la firma digital, pide identificarse continuamente y un sinfín de errores más que alargan y hacen muy engorroso el proceso de completar las presentaciones”.
Han presentado sus quejas, de forma reiterada, pero de mal en peor. Nos unimos cordial y afectivamente a sus reclamaciones y felicitamos a estos francos profesionales, por su valentía, a la hora de denunciar esta anomalidad. Lo que tienen que hacer los responsables públicos, es solucionar problemas, no crearlos y eso es precisamente, lo que están haciendo con el teletrabajo descontrolado. Oscar Izquierdo, Presidente de FEPECO