En reiteradas ocasiones, sin cansancio, ni desánimo alguno, sino al contrario, cada vez con más vigor, hemos mantenido que el incremento de penetración de energías renovables en los subsistemas eléctricos canarios pasa porque éstas puedan ser gestionables. Es decir, que tengan la posibilidad de ser utilizadas cuando se necesitan, cuestión que puede coincidir o no con el sol o el viento en cada momento. Lo podemos lograr con las plantas hidroeléctricas de bombeo reversibles o con las baterías electroquímicas.
La opinión mayoritaria se inclina por los popularmente conocidos como bombeos. Los cuales además de dar una potencia de respaldo de origen renovable, aportan el necesario sincronismo al sistema, garantizando el equilibrio entre generación y demanda.
En Gran Canaria, ya se construye una planta de estas características de 200 Mw de turbonación que podrá estar en servicio en cuatro o cinco años. Por el contrario, en Tenerife, no se ha iniciado oficialmente el procedimiento con el preceptivo “informe de necesidad” de Red Eléctrica o al menos, no se conoce. Esto indica que, en nuestra isla, como suele suceder con todo tipo de infraestructuras básicas y estructurales, no se podrá disponer de esta instalación en las próximas décadas y esto en el caso de desbloquear los problemas judiciales, que los responsables del anterior Gobierno de Canarias no quisieron, no pudieron o no supieron afrontar para su ubicación en Güímar.
No cabe la menor duda, que lo anterior provoca en Canarias, un periodo transitorio, que acertadamente podríamos denominar desigual, ya que un bombeo como el de Chira-Soria, en Gran Canaria, es un estímulo importante para los inversores, que ven el fruto a corto o medio plazo. Mientras que, en Tenerife, se sigue aplicando los procedimientos operativos que limitan la penetración de renovables por seguridad. Ya nos gustaría el mismo interés y premura. Nos preguntamos ¿ha enviado Red Eléctrica de España, REE, al Ministerio correspondiente el informe de necesidad, que es preceptivo para iniciar la tramitación?, ¿existe ya informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, CNMC?, ¿cuándo será la aprobación por parte del Ministerio correspondiente?
Esta instalación, de suyo imprescindible sobremanera, cuyo coste es elevado, debe ir con cargo al sistema eléctrico y por tanto, es el Ministerio quien debe dar los pasos necesarios para su implementación. Al mismo tiempo, el Gobierno de Canarias, debe emplearse a fondo, en el desbloqueo de la situación judicial actual, con ganas y ánimo resolutivo, porque no vale escudarse en disculpas anacrónicas o como dice el dicho popular “una cosa por otra y la casa sin barrer”.
Los elementos principales de la política energética en Canarias son, las energías renovables, las centrales hidroeléctricas de bombeo reversibles y las interconexiones. Los efectos positivos que aporta una central hidroeléctrica de bombeo, en un sistema aislado como el canario, se pueden resumir, en un incremento de la garantía del suministro, aumento de la integración de energías renovables, así como independencia energética y ahorro en los costes. Es decir, eficiencia y seguridad, garantizando el suministro de energía de manera sostenible medioambiental y económicamente. De nada vale incrementar e implantar más energías renovables, si después no se puede almacenar. Dicha energía renovable que puede penetrar en la red está limitada por el Operador del Sistema, Red Eléctrica de España, REE, de acuerdo con criterios de seguridad en cada uno de los sistemas insulares. Disponer de la planta hidráulica de bombeo en Güímar, permitirá prescindir del mínimo técnico de algunos grupos de generación convencional. Además, la demora en su ejecución, implica un obstáculo a la modernización de la isla y a la seguridad energética. Oscar Izquierdo