Es una realidad geográficamente evidente, que el Archipiélago Canario, situado en el Atlántico medio, queda lejos de la Península, muy cerca del continente africano.
Parece que decir esto es una puerilidad, pero hay que recordarlo de vez en cuando, para que nos miren, aunque sea remotamente y así nos oigan, casi siempre bajito, para conseguir que, desde los poderes centrales del Estado Español, atiendan nuestras necesidades, en igualdad de condiciones a cualquier otro territorio.
Contamos con una posición estratégica envidiable y bastante apetecible, desde un punto de vista político, a nivel internacional y más ahora, cuando la inestabilidad y los posicionamientos tácticos de las distintas potencias mundiales, están cobrando relevancia primaria.
Cuando se va a Madrid, a tener reuniones de trabajo en Ministerios, entidades varias o cualquier otra institución, tanto pública, preferentemente, como privada, la primera conclusión que se saca es que no conocen las Islas, quizás, alguna vez, habrán escuchado que hay por ahí, no se sabe dónde, una Comunidad Autónoma con el nombre de Canarias.
Parece mentira, algunas veces, no generalizo, no saben ni donde estamos, sin exagerar, me ha pasado, con algún representante ministerial con cargo importante a sus espaldas, que todavía y encima riéndose, decía que Canarias estaba debajo de Baleares, como aparecía en los mapas, donde estudiábamos las provincias de España en la escuela, cuando éramos niños.
Aunque lo decía de broma, ante mi bochorno y evidente enfado, seguía con la misma matraquilla, es decir, con esa insistencia molesta, del que se siente superior, por ejemplo, por ser de León y sin casualidad.
Empezamos mal un encuentro de trabajo, es indiferente el tema a tratar, cuando se nos denomina “las canarias”. No es acertada esta definición. No somos sino una unidad, en singular, divida territorialmente en ocho islas, separadas y unidas por el mar, todo un privilegio, del que tenemos que presumir. Después, viene siempre lo del “que bien vivís allí”, “tenéis un tiempo tropical” “vuestra tierra es una eterna primavera”, “sois muy afortunados”, sin venir a cuento y como antesala graciosa, según entienden algunos, para comenzar el encuentro en un ambiente distendido.
Personalmente, creo que esa imagen, que quieren aparentar es retrograda, porque después de tantos halagos, niegan, sin piedad e injustamente, absolutamente todo a nuestra Tierra, o por ser benignos, casi todo. Muchos empleados públicos estatales de alto rango y políticos peninsulares de varios lugares piensan, sinceramente y además se lo creen, que nuestro Archipiélago, vive nada más que de las subvenciones, ayudas y fondos que recibe del Gobierno Central, que somos una especie de parásitos, que costamos mucho y aportamos poco.
Da lo mismo el partido político que esté en el Gobierno, ha pasado y continúa sucediendo con todos los que han tenido alguna responsabilidad de poder público. Sea derecha, izquierda, centro, arriba o abajo.
El ejemplo más significativo es el REF, nuestro Régimen Económico y Fiscal, cada vez que cambia el partido político que conforma el ejecutivo nacional, hay que empezar desde cero a explicárselo de nuevo, para defenderlo, porque siempre quieren recortarlo y minimizarlo lo más posible, por aquí o acullá. Eso no pasa con el País Vasco, ni Navarra, bastaría más, soliviantar lo continental.
Otro arquetipo es la estupenda, moderna y eficiente red viaria de trenes de alta velocidad, que cruza toda la Península, en comparación con el regateo constante para que nos den “los dineros”, como les gusta decir, con el fin de poder tener aquí unas carreteras dignas, seguras, eficientes y sobre todo, suficientes. No parecemos, ni nos tratan como una Comunidad Autónoma del siglo XXI, sino como un Territorio de Ultramar del siglo XIX. Oscar Izquierdo, Presidente de FEPECO.