Estamos hasta la coronilla de tantas falsedades, que son cotidianas en todos los ámbitos, admitiéndolas con normalidad. Parece que el relativismo y el pensamiento único, disfrazado de progresismo, queriendo borregos y no personas libres, han llegado al cenit de su implantación societaria, anestesiada ante mensajes extravagantes, invenciones del lenguaje, exigencias cuestionables, miedo a la crítica y sobre todo, cambio de paradigma, es decir, sólo vale, lo que dice una minoría ideologizada, morada, verde o roja, que se ha convertido en la nueva casta, que antes criticaban y venían a abolir, pero que tanto les ha gustado su disfrute, que ahora,  son ellos mismos sus máximos representantes. Imponiendo su parecer, querer y agenda totalitaria.

Los ciudadanos estamos hartos de como se ha gestionado y se sigue haciendo de mal, la crisis que padecemos, no se vislumbran soluciones, sólo buenas intenciones, declaraciones, anuncios y recetas mágicas. La sociedad civil empieza a despertar y a reclamar sus derechos, que nunca debimos permitir que nos los cercenaran. Ahí es donde están apareciendo las denuncias ante los tribunales, frente a las decisiones, vía decreto, de los responsables públicos. Es el comienzo de la recuperación de la libertad.

Por: Oscar Izquierdo.

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