Obligación de mascarillas en exteriores
Todo comenzó con los chinos, con los murciélagos, con los perros que vendían para comer en los mercados, después los guantes, el confinamiento masivo, mascarillas de calidad y de menos calidad homologadas o sin homologar, vacunas mejores y peores con diferentes nombres cómo, Pifdier, AstraZeneca, la Moderna, la Novovax y muchos todavía seguimos sin comprender nada, pero lo peor es que gran parte de la población cada vez están más confundidos y confundidas, porque estamos entremezclando a millones de expertos y expertas, que salen hasta debajo de los zapatos.
No puedes tocar el tema de las vacunas en una reunión porque saldrá el experto o la experta enterada hablando de virus, que si alguien no lo conoce podría pensar que es Catedrático o Catedrática de Medicina del más alto nivel.
Todavía muchas y muchos no logramos entender porque estamos obligadas y obligados a llevar mascarillas en los exteriores y sin embargo en las terrazas y bares o restaurantes podemos estar sin mascarillas, aunque es obvio que con mascarillas no podemos comer ni beber.
Todo comenzó con ellos y ellas, todos, todes y todas, ministros y ministras, porque todo es un come coco día tras día y sin embargo los más adultos comprendemos a los políticos y sabemos que no tienen ni puta idea de lo que están haciendo, pero tienen el poder de hacer y deshacer y muchos seguimos preguntando, ”¿Que hace un político hablando de virus cuando tendrían que ser los expertos científicos quiénes hagan comprender la eficacia de las vacunas?”. Sin embargo ya es tarde para muchos asuntos y sucesos que han ocurrido, que ocurren y ocurrirán.
El tema de la vacuna tiene un gran problema porque lo han politizado y cuando la política está entremezclada con la medicina apaga la luz y vamos. Los Vacunados y No Vacunados están enfrentados y cada parte está segura de su posición y pretender que vacunen a todos, es como pretender que todos voten al mismo partido político. Han mezclado la medicina con la política y eso jamás funcionará, justamente porque la política es dañina para la Salud Mental.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Juan Santana
