Por Juan Santana.
Estábamos en una bodega y observo a una reina sentada con su hijo todo el día. La guapa mujer, es Conchita, nació en el sur de Tenerife, en Adeje y a los quince años conoce a un soldado, terminaron enamorados y con quince años y medio la boda y vienen a vivir a Tijarafe, en La Palma, para luego irse a instalar en la Caldera de Taburiente y vivían una finca que un medianero les deja para buscarse la vida y pagan con la mitad de las cosechas y ventas de cualquier producto, no es fácil. Una vida muy dura la que tienen por estos años los canarios, por estos años, 1.943, especialmente Conchita, porque para vender sus productos, tenían que caminar cuatro horas desde la Caldera de Taburiente, hasta los Llanos de Aridane, haya lluvia o calor.
Cuando un hijo caía enfermo Conchita, caminaba cuatro horas con su hijo en brazos y cuatro de vuelta serían ocho horas. Y en esos tiempos, que solía llover un día sí y otro también, tenía que caminar por otros senderos, porque el agua que corre por el barranco, les prohíbe cruzarlo. Su primera hija nace, cuando tenía dieciocho años, Pilar y uno de sus hijos fallece a los dieciséis años y medio, a causa de una enfermedad incurable, pero Conchita cuenta su historia, con tanto Amor y con tristeza, recuerda a su hijo preguntándole, ¿Dónde van a enterrarme?. Este hijo, era consciente de que tenía sus días contados, que dura es la vida, para muchos y luego muchas veces nos quejamos por tonterías.
En la foto adjunta, tenemos a Luis Morera (parte alta izquierda) músico famoso del Grupo Taburiente de La Palma, le sigue Jorge, hijo de Conchita, que escapó de un cáncer y prometió si escapaba, buscar una cruz que recordaba perdida, para ponerla en el camino de Los Llanos a la Caldera de Taburiente y si un día suben, la verán en la parte derecha del camino. Cuando estaban operando a Jorge en Gran Canaria sacándole el bicho malo, despertó y preguntó a los cirujanos, ¿Les falta mucho?. Los cirujanos preguntaron, ¿Usted está despierto?. Y Jorge responde, “Estoy viendo un túnel y siento morir”. Los médicos, descubren que tenía falta de sangre y gracias a su aviso escapó y él siguió dormido, mientras operaban. Después de Conchita, está la cruz y su hijo Suso, que nació hace 45 años y 45 años llevan juntos y Conchita, está cerca de cumplir los 90 años. En la parte baja izquierda de la foto, está Pedro con su padre y justamente este día hablaba de Luis Morera con lágrima cayendo, porque siente su música. Su padre Espérides, trajo un Escacho, parece gofio amasado, que enseñó hacerlo su mujer en paz descanse. Hasta aquí te cuento.
Dicen que las personas tenemos un destino, cargados de casualidades o causalidades y nos sorprendemos nosotros mismos, con algunos sucesos que en el espacio y tiempo, demostrando que además existen las coincidencias. Hace unos días, en casa sonaba la música de Luis Morera, del Grupo Taburiente y por casualidad nos encontramos en el Kiosco de El Diablo en Tijarafe, nos saludamos y abrazamos y comenta, que todavía está cicatrizando el fallecimiento de su compañera, pero la vida sigue. ¡Luis!, ojalá un día llegue la inspiración para componer un tema a Conchita y si no es así, lo haré yo, aunque no sea tan bueno como tú. Estimado lector, gracias por regalarme un poco de tiempo leyendo, porque el tiempo, es el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
