Por Toño Linares.
Cuando creías que la cosa no podría empeorar, se agrava. Todos los años a la sanidad pública canaria la colocan en ese triste ranking de el último lugar: las lista de espera más largas, el nivel de privatización mayor, el volumen de recortes tanto en personal sanitario como en materiales, “las externalizaciones”, y un montón de etcéteras. Estos datos y argumentos para que nos sitúen en el último lugar, y así llevamos varios años, se realiza con el gran volumen de reclamaciones al respecto y que es tangible la intencionalidad de las autoridades sanitarias de eliminar nuestro derecho a una sanidad pública digna y de calidad, en beneficio de la privatización del sistema.
Hasta hace un poco de tiempo se podía ver a los usuarios de la sanidad pública en las oficinas de atención al usuario presentando reclamaciones, es más cuando llamas y exiges tus derechos lo primero que te preguntan es si has puesto la correspondiente reclamación. Hoy en el Hospital Universitario de La Candelaria, al interponer una reclamación se observa como existen una cola de personas para tal fin, comprobando que para atender a cada persona se superaba los 15 minutos de tiempo, condicionando que algunas personas desistieran de presentarla, por el tiempo que deben destinar a tal acto.
Al entrar en la oficina para presentar la correspondiente reclamación, lo primero que me pregunta es lo que deseo, al decirle que quiero presentar una reclamación y que me de las hojas correspondientes, me pregunta cual es el motivo, le respondo que ya lo escribiré en el correspondiente documento, a lo que me responde que debo aportarle mi DNI para hacer el correspondiente registro en el ordenador. Insisto en que debe ser el usuario quien redacte lo que considera oportuno, a lo que al final accede a dejarme las correspondiente hojas de reclamaciones, aún así continua con el interrogatorio sobre mis datos personales, si mi dirección es tal, si mi teléfono es el que figura en el sistema y, procediendo al registro informático de la reclamación, etc., con el fin conseguido de que tardase más de los 15 minutos, siendo incomprensible que si es una nueva media de la consejería de sanidad o el atendimiento a una nueva normativa legal, no se haya procedido a la contratación del personal suficiente para poder atender a todas las personas que deseen y quieran presentar reclamaciones, dejando sólo a una persona a tal cometido.
Esto es una medida persuasoria para presentar reclamación, pocas personas, son las que esperan un hora, o más, para interponer dicha reclamación, y que en el caso de ponerla, su número se verá drásticamente reducido por el tiempo empleado, ya que una jornada laboral cuenta con ocho horas, que a un periodo medio de 15 minutos por reclamación, sólo se alcanza 36 reclamaciones en una jornada, siendo este número disminuido por el tiempo de descanso al que tiene derecho la trabajadora designada a tal efecto, así como el tiempo destinado a atender sus necesidad fisiológicas, por lo que es fácilmente entendible que el número de reclamaciones que pueden ser admitidas en una jornada es mucho inferior. Luego en un año veremos a nuestros incompetentes políticos salir en prensa diciendo que las reclamaciones de los usuarios de la sanidad pública se han reducido, cuando la realidad es que están impidiendo hacer uso de nuestro derecho de presentar reclamaciones con estas mediadas disuasorias.
Así que ya sabemos que para reclamar sobre las listas de espera, te incluyen en otra lista de espera.