En sus orígenes, la democracia griega tenía como razón fundacional la toma de decisiones, esta era directa motivado a que las cantidades poblacionales en las ciudades de entonces así lo permitía. Su principal defecto fue que eran excluyentes, no todos votaban, más que un derecho, era un privilegio.
Hoy día la universalidad del voto es quien ha hecho de este sistema de gobierno el más apropiado para las naciones pues, se intuye, las mayorías siempre tienen la razón, además, se han creado mecanismos de protección para que las minorías estén representadas y tengan participación en los procesos de tomas de decisiones.
¿Las mayorías siempre tienen la razón? Está demostrado que la fulana “racionalidad humana” es un decir, es la única especia que mata por placer y destruye el medio ambiente que hace posible su existencia, además, su concepto de preservación nada tiene que ver con el de las especies “no racionales”, el ser humano es capaz de todo para beneficiarse individualmente sin importarle afectar a otros. Sea como sea, la democracia, como invento humano, no es perfecta, es vulnerable a las “desvirtudes” humanas, incluso, regímenes totalitarios como el chino, el cubano o el venezolano hacen pretendido uso de sus herramientas, como lo es el voto, para sostener sus élites tiránicas.
El propio Estados Unidos, estandarte mundial de la democracia y libertad, ofrece una particularidad, el voto popular, el de los ciudadanos, está supeditado al voto de los colegios electorales, es decir, la mayoría puede no decidir como en efecto ha ocurrido en varias oportunidades.
De este modo, podríamos señalar, el principal objetivo para la democracia es hacer valer el poder del voto, que tenga sus 3 cualidades principales: poder de premio, castigo y de cambio, si alguna de estas cualidades llega a faltar el voto no sirve ¡no es democracia! El voto es la herramienta más importante en la democracia, su eficacia aún está en estudio.
El otro secreto democrático es el control, la institucionalidad. El apego a la ley, las instituciones públicas profesionalizadas, ceñidas a la letra de la Constitución y demás leyes, es el andamiaje exigido para que la democracia funcione. Por ello, no es casualidad. lo primero que atacan los tiranos son las instituciones del Estado, buscan partidizarlas, apropiarse de ellas. De este modo el voto y la institucionalidad son el secreto de la democracia.
Por: Lic. Leandro Rodríguez Linárez – politólogo.
@leandrotango