Esta carta es para enseñarte como preparar una buena paella para seis personas con una paellera grande o con dos paelleras pequeñas y en éste caso, será con dos paelleras pequeñas, porque la cocina es muy pequeña. La paella será de verdura con algunos trozos de pollo entremezclados, para darle ese toque especial y además la receta no es para estrictos vegetarianos ni para vegetarianas.

Cogemos dos paelleras, hacemos una buena fritura con aceite, ajo, cebolla, unos trozos pequeños de pechuga de pollo y sin sal por aquellos que odian la sal. Una vez que la fritura sencilla esté en su punto, añadimos la cantidad de arroz que nos indican en el paquete y si no ves bien la cantidad, ponte gafas. Mezclas durante medio minuto el arroz con la fritura y seguidamente añades el agua con las verduras bien picadas lógicamente.

Las verduras serán a tu gusto, desde habichuelas, zanahorias, guisantes y lo que sea, porque todo cabe dentro de una paella. Dejas que esté hirviendo durante diez minutos revolviendo de vez en cuando con una cuchara de madera, pero recuerda que cuando comienza a hervir el agua, echas un vaso de agua fría para que el arroz quede sueltito y a los ocho o diez minutos hirviendo apagas el fuego si la cocinilla es de gas o retiras las paelleras de la vitrocerámica y tapas la paella con platina o con paños de cocina.

Así la preparo yo, pero si deseas saber exactamente como hicieron las paellas de la imagen adjunta, vas a Santa Cruz de Tenerife, cerca de la Comandancia de la Policía Nacional y buscas el Restaurante El Rincón, dónde tomamos estas fotos. No tengo ni idea de cómo hizo éstas paellas, pero estaban buenísimas y si pones un poquito de Ali Oli a cada tenedorazo que te vas mandando, flipas en colores.

Además, te dejo una estampa de Santa Cruz en Tenerife, estaba en blanco y negro, pero con la tecnología avanzada, un experto en informática con los mejores programas de diseño, la transforma en color, pero hay que observar con lupa porque a primera vista puede parecer una obra del mejor pintor.

Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.