El turismo en Agadir, Casablanca y Marrakech está superando con creces a Canarias y a Londres.

Por las mañanas las calles amanecen completamente vacías y a partir de las once de la mañana los mercados superan al mercado de Camden Town en Londres y puedo apostar que incluso supera a cualquier mercadillo de Madrid.

La ciudad completa de Marrakech es un mercado y cuando paseas simplemente mirar a los ojos a cualquiera de los mercaderes ya es motivo para que te inviten a que veas sus productos y los precios.

La seguridad es brutal y la gran mayoría de los marroquíes son muy sociables y simpáticos.

Los policías están siempre sonriendo y saludando a todos y obviamente estamos hablando de la zona turística, porque problemas tenemos en todas las partes del mundo.

Puedes ver a los motoristas por las calles sin cascos y a veces van hasta tres encima de las motos.

Espectáculos con serpientes, monos, carros arrastrados por burros y un sinfín de maravillas dignas de ver aunque sea una vez en la vida, aunque llevo tres veces visitando Marrakech donde mi padre en paz descanse trabajó durante cinco años seguidos cuando había hambre en Canarias y él tuvo los cataplines de estar en Marrakech haciendo negocios con los agricultores y transportando millones de kilos de sandías y naranjas.

Viajar te abre la mente y nos enseña a demostrarnos que es totalmente cierto que cada persona es un mundo. Canarias está muy vista para muchos turistas y habrá que comerse el coco para presentar nuevos proyectos que enganchen con nuevas emociones.

Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos y estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.