Cuando tenía veinticuatro años no vivía en casa de mis padres y cuando tuve que dejar mi coche en el taller, llamé a mi padre porque cada día pasaba con su coche frente a mi casa. Le pregunté a mi padre a que hora pasaba y respondió “a las nueve de la mañana”. Bajé a las nueve y cinco, ¿Tu lo viste?.

Pues no, ya había pasado y ni siquiera esperó ni un segundo. Por la noche fui a la casa de mi padre todo chulito, para pegarle una bronca a mi padre, por no haberme esperado ni avisado de que estaba esperando.

Pero la bronca me la soltó mi padre a mí diciéndome, “Los impuntuales a no ser que tengan una buena disculpa, son maleducados, van de sobrados, son unos chulos, ignorantes, babiecas, el tren pasaba a las nueve y usted lo dejó escapar. A usted no le falta de nada, solo un poco de educación y con el tiempo verás que la puntualidad es un avance para cualquier trabajo”.

Pues tenía razón mi padre y a no ser que el Presidente de España Pedro Sánchez tenga una buena disculpa, le dedicaré todas las palabras que mi padre me dijo en 1.987, sin entrar en detalles y jamás las olvidaré y siempre agradeceré esa forma brutal de educar sin miedo al éxito.

Para colmo Pedro Sánchez siempre recibe insultos en vivo por parte de muchos españoles por donde quiera que aparece y los insultos que no lee ni escucha por otros medios de comunicación son incalculables, aunque esto les pasa a todos los líderes de todos los diferentes partidos.

Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.