Mercedes, Pepe y el perro presa
Les presento a dos excelentes personas de Tenerife, una isla entre las siete, pero las dos personas son de sangre Gomera, aunque en la foto adjunta también podemos observar a un hijo besando con todo el amor del mundo y a un perro presa canario que está deseando morderme porque a veces le provoco.
Todos conocemos a personas de mayor o menor manera, amigos de corazón, vecinos, compañeros de trabajo, incluso a personas con las que cada día mantenemos charlas interesantes sin saber sus nombres, por ejemplo en los bares dónde tomamos un café o lo que sea. El nombre de la gran mujer, abuela, madre y diosa es “Mercedes”, es decir, hasta el nombre tiene marca.
Mercedes es amiga mía igual que Pepe Arzola y son de los que nos vemos muy poco, pero es montón, porque el saludo es de corazón y si tenemos cinco minutos para hablar es porque es un día de suerte.
Somos personas que nos encontramos en el camino de la Vida, vecinos del mismo lugar con vidas casi totalmente diferentes y digo “casi” porque siempre tenemos coincidencias en algunos momentos de la vida.
Cuando Mercedes era niña, llegaban barcas pequeñas desde la Gomera a Tenerife con personas y además traían cabras, ovejas e incluso si podían, alguna becerra.
Pepe Arzola tiene su empresa de aluminios y está escapando como cualquier empresario, pero últimamente está enganchado al deporte para estar más bueno de lo que está y está fomentando la vida sana.
Mercedes y Pepe, pertenecen al grupo de los millones de buenas personas que saludan con una simple mirada o una rápida sonrisa de las que cargan las pilas para seguir paseando por los caminos de la vida, porque la vida es un paseo acompañado siempre del factor suerte, por mucho o muy poco que tengas.
Ésta carta es para recordar que las buenas personas existen y las tóxicas debes mantenerlas alejadas para que no caigas en sus redes. Felicidades a Mercedes y a Pepe Arzola por ser como son y seguro que ésta carta les llegará, porque somos más de doce millones de visitas en éste periódico, ¡Como para que no se enteren!.
Aquí lo dejo para seguir reflexionando. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Juan Santana.