Hola querido lector, gracias a Dios he conocido a personas casi perfectas como José Herrera Hernández y cuando escribo casi perfectas, es porque tenía el problema que millones de personas tenemos, “fumamos”.

Los amigos le llamábamos “José el melena” y desgraciadamente ésta semana fue cuando recibí la noticia de su fallecimiento el 30 de Octubre de 2.021, descubriendo una vez más, que el tiempo pasa demasiado rápido. Siempre que nos encontrábamos donde fuera, hablábamos de temas con fundamento o nos reíamos con algunos chistes y además nos parecemos mucho físicamente, parecíamos clones.

Con él compartí secretos simpáticos que solamente contaré a sus dos hijos, a Elvira y a Tinerfe. Su hijo Tinerfe, con quién toqué y cantamos en la Iglesia de El Fraile, en el sur de Tenerife hace muchos años.

Con su hijo Tinerfe aprendí a tocar nuevas notas de la guitarra y sus hijos son una prueba más de que era un padre perfecto, que se casó con Juana Delgado en Julio de 1.977, su amor platónico.

Trabajó durante muchos años en el sector de la construcción y más de veinte años de camionero con su camión color verde. Era una persona buena, tranquila, amigo de sus amigos y un padre perfecto, sincero, correcto en todas sus decisiones y sus acciones. Jamás tenía un no por respuesta a no ser que fueran con malas intenciones.

Era un amigo para toda la vida y fíjate que ahora me entero que nació en Tenerife, porque pensaba que había nacido en la Gomera. Desde éste periódico José Herrera Hernández, quiero declararlo cómo persona casi perfecta con todo el amor del mundo.

Era un ejemplo a seguir sin entrar en detalles. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.