Noticias Tenerife Juan Santana: “En el planeta de los idiotas (me incluyo)”

Juan Santana: “En el planeta de los idiotas (me incluyo)”

En el planeta de los idiotas y de los imbéciles en estos tiempos que vivimos donde vamos de sobrados en cuanto a medios de comunicación, ¿Vale todo con tal de conseguir muchos lectores, oyentes o televidentes?.

Algunos medios de comunicación han publicado que el caso de la niña “asesinada” sufrió un revés porque el padre en su momento fue denunciado por malos tratos y este rollo crea polémica, comidilla de borregos (me incluyo en ser borrego) y surgen muchas preguntas.

¿Están justificando la muerte de la niña?, ¿Estamos buscando protagonismo para sumar lectores?, ¿A donde hemos llegado o a donde queremos llegar?. En la reunión de borregos tertulianos en el Facebook por ejemplo, lees a anónimos cobardes imbéciles y psicópatas pulsando “Me divierte” en un suceso tan triste como éste donde una madre, “asesina a su propia hija”.

Que asco de humanidad, con las guerras, el hambre, políticos enfrentados, las mismas familias peleadas por las putas herencias y obviamente algún lector presumirá diciendo, ¡Ah!, pues en mi familia todos nos llevamos bien y todo es maravilloso…. Pues felicidades!.

Dejo aquí este tema de la pobre niña, porque no tengo más argumentos. Con respecto a la madre que entró en una clase a darle dos hostias al niño que amargaba a su hija, con ese rollo en palabra inglesa “Bulling”, confieso a nivel personal que me parece muy bien lo que hizo la madre, antes de que su hija se suicide y después bla, bla bla bla bla bla.

Además hoy los profesores o los profesionales de la educación, simplemente por mirar mal a los alumnos, pueden ser denunciados por maltrato psicológico, por esos padres modernos vanguardistas y tal y tal.

Este asunto, me recordó cuando mi hija era muy pequeña y estaba en la guardería y llegó un día con la marca en su brazo de una super mordida y me extrañó que la guardería no me informase nada, pero cuando la misma semana volvió la niña con la marca de otra mordida con los dientes que parecían que todavía estaban allí, fui a la guardería hablar con la responsable.

Cuando entré a la guardería, la responsable no me dijo ni buenos días, señaló aquel niño gordito y blanquito y dijo, “Ese es el niño que muerde”. Entonces, pegué mi cara a la suya y le grité, “¡No muerdas más coñooooo!”. Así fue y si no te gusta lo que hice, es lo que hay.

A partir de este día, la responsable de la guardería decía que el niño había cambiado muchísimo y era muy bueno….. me alegro, le respondí. Una mañana el padre estaba frente a mí y nos miramos, pero con la mirada le decía, “Tu no tenías un niño, tenías un perro que mordía”.

Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos y estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.

- Publicidad -spot_img

Articulos anteriores