Noticias Tenerife Juan Santana: “El sacerdote de Adeje y Ana Oramas”

Juan Santana: “El sacerdote de Adeje y Ana Oramas”

Gracias al destino tengo mi estilo propio escribiendo y prefiero no leer opiniones de mis cartas, prefiero crear reflexiones. Medito bien los titulares antes de compartir las cartas, porque los titulares son muy importantes y para saber realmente que deseo transmitir, tenemos obligación de leer y así fomentamos la lectura, porque escuchar y leer bien, es muy importante.

El sábado día cinco del dos mi veintidós en Adeje, al sur de Tenerife, celebramos el funeral de Francisco Javier Bello, amigo de miles de personas y aprovechamos para que acompañarán más difuntos como José Gregorio, hijo de Juan Ramón, Policía Local de Arona con la Iglesia a reventar y muchas personas no pudieron sentarse.

Ésta carta no va de ideologías políticas, porque habían políticos de todos los diferentes partidos y por encima de todo, todos somos personas. Cantamos una canción en el funeral y algunos vecinos de Adeje comentaban que el párroco de Adeje, no iba a dejar cantar en el funeral, pero el sacerdote es una excelente persona y obviamente todos los sacerdotes son responsables de organizar las misas en sus parroquias y todo salió perfecto. “La Vida sigue” y cuando salíamos de la Iglesia, encuentro a Ana Oramas, más guapa que nunca y nos conocemos desde hace más de veinte años.

Ana Oramas es una mujer que enamora, carismática, guerrera, bardina con presa canario y así hasta el infinito y más. Cuando nos encontramos donde sea nos abrazamos como si fuéramos amigos desde la niñez con todo el amor y el respeto del mundo y además cuando me ve, es de las que grita ¡Juaaaaaaaaaaaan! si estoy despistado y así sucedió.

También encontré a Valentín de San Miguel y muchísimas más personas, pero los verdaderos protagonistas de la noche del día cinco de octubre, son Francisco Javier Bello el abogado en paz descanse, amigo de miles de personas y José Gregorio en paz descanse, hijo de Juan Ramón, Policía Local de Arona.

Lo dicho, “La Vida Sigue” su curso y al final todos nos encontramos cuando Dios quiera. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.

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