En el planeta de los idiotas nos mentimos a nosotros mismos, la maldad supera la ficción y en un minuto tenemos la posibilidad de escuchar, ver y leer infinitas locuras a través de los diferentes medios de comunicación que luchan por ser los mejores y en muchos casos sin importar que la noticia sea falsa o cierta, porque la meta es presumir de ser los más vistos.
Por un lado los políticos enfrentados, pero ya éste rollo de enfrentamiento político, es algo normal y además como están actualmente las cosas, los políticos son felices cuando los ignoran, porque está todo tan perdido, que es imposible de encontrar, aunque tenemos las elecciones cercas y sus sonrisas iluminarán mucho más nuestro espacio.
Es verdad que “Cada uno tiene lo que se merece” y cada uno sabe sus cosas, pero a veces perdemos la paciencia. Entre las miles de noticias, comparto por ejemplo el invento de las nuevas balas en China, que matan sin penetrar en la carne o la de los empresarios que han quemado sus naranjeros en la península porque les pagaron muy poco.
¿Por qué no las venden ellos mismos o dejas que personas con ganas trabajen la tierra?. A lo mejor es la decisión correcta quemar los naranjeros, porque bla bla bla bla bla bla….no sé.
Tenemos asuntos que por más que meditemos, jamás lograrás entender y la única conclusión es que el ser humano es maligno, avaricioso, traicionero, egoísta, mentiroso, asesino y todos los adjetivos tóxicos que puedas apuntar y en muchos casos, hasta entre hermanos de sangre.
Noticias como que Ucrania pide más armamento o Pedro Sánchez el presidente de España diciendo que no usemos corbata para ahorro energético y creo que nos están vacilando cada día miles y miles de expertos en todas las televisiones y radios, pero vamos cuesta abajo, porque “Cada uno tiene lo que se merece”, sin entrar en detalles.
Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre los movimientos sísmicos. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.