El famoso Chiringo Atlanticus del sur de Tenerife, exactamente el que está al principio de Playa Las Vistas en Los Cristianos, cambia de dueños y realmente todavía no sabemos quiénes son, pero no son italianos como dicen muchos y para dar un poco de información, comentar que los nuevos gerentes son canarios de Tenerife, dos personas, un señor de Las Galletas y su socio de Santa Cruz de Tenerife.

Según los chismes abrirán antes de Navidad, porque harán algunos cambios y obviamente los temas burocráticos tienen su encanto con el tiempo entremezclados con la paciencia.

Los antiguos propietarios eran y son de Gran Canaria y llevaban más de treinta años en el sur de Tenerife y fueron los primeros que cogieron el tema de las hamacas en Los Cristianos.

Eran y son una familia de Las Palmas, muy trabajadoras, muy unidas, maravillosas personas y además de éste Chiringo Atlanticus, tenían otro chiringuito y las hamacas en Fuerteventura, además en Cádiz y más negocios, pero por encima de ser buenos empresarios, eran trabajadores que estaban siempre al pie del cañón.

Manuel el padre de todos, incluso para muchos de los que no somos de su sangre, es un libro abierto cargado de miles de experiencias porque vivía entre tres islas, Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria.

Echaremos de menos las paellas del Chiringo Atlanticus, aunque los nuevos propietarios vienen con ganas de hacer lo mismo y mucho más cuando vuelvan abrir nuevamente.

Gracias a Dios que todavía quedan personas con algún dinero y moral, capaces de invertir en negocios, porque actualmente para abrir un negocio de hostelería, es como abrir una Central Nuclear, porque piden más papeles que los baños públicos de los centros comerciales.

Desear mucha suerte a los nuevos propietarios y a la familia de Manuel, desearles que gocen la vida, porque han currado mucho y se lo merecen.

Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.