Juan Santana.- Justamente cuando estaba en Santa Cruz de Tenerife con Antonio Curbelo hablando de Manolo Vieira en paz descanse, recibo una llamada de la central desde la dirección de El Digital Sur para que escribiera unas palabras a Manolo y la vida son casualidades y causalidades, porque justamente Antonio Curbelo, gerente de Radio Unión Tenerife fue amigo desde la niñez. ¿Quién mejor que Antonio para que nos haga un resumen?.

Confieso que solamente hablé con Manolo Vieira hace más de treinta años en el Cañón del Águila y he compartido un par de veces escenario. Sin más preámbulos leemos las palabras de Antonio Curbelo.

A veces resulta difícil expresar en una página nuestras emociones.. Estamos en una sociedad individualista y rácana de sentimientos donde prima lo material sobre lo espiritual..

Ayer los medios se hicieron eco del fallecimiento de Manolo Vieira… te quedas mirando la noticia con perplejidad porque no quieres creer que haya sucedido.

Por mi mente pasan recuerdos de cincuenta años atrás en la Cacatúa, aquella discoteca en Alfredo L. Jones, dirigida por Adriano, jefe de sala y Santi, relaciones públicas.. donde a partir de las once de la noche pululaban por la sala un grupo heterogéneo de amigos a la caza y captura de alguna sueca.

Un mundo de la noche que dejó maravillosos recuerdos y en la que muchos recuerdan con añoranza aquella manera sentir la vida..

Por la mañana no fallaba, los que no trabajaban, el baño en las canteras en la zona del reloj… mientras Santi, relaciones públicas recorría la playa de las canteras, repartiendo invitaciones a las suecas para que fueran por la noche a la discoteca….

Yo formaba parte de una pandilla que íbamos por la tarde de 7 a 10:00 que era el límite de permiso de nuestras familias.. A partir de esa hora, la sala se vaciaba y a partir de las 11 de la noche empezaba el ambiente de noche… Antes no teníamos apellidos sino motes; motes cariñosos que se definían por comportamientos, manías o aspectos físicos..

Recuerdo principalmente dos: José Luis El Paliza y Manolo el Boca… La vida de los jóvenes en esa época estaba buen definida, trabajo el que lo tenía, y si no , pues a las canteras a ver si había suerte y se ligaba…

Allí en Cacatúa, ya Manolo apuntaba maneras por su forma muy especial de bailar.. Le conocí enamorado de la que creo que posteriormente fue su esposa, de la que enviudó más tarde. Creo recordar que vivía en la calle Ripoche en lo alto de una dulcería..

Manolo, la acompañaba cada noche hasta su portal. Ella tenía que estar en casa, como todos, sobre las diez. Luego Manolo se sentaba en la acera de enfrente mientras ella se asomaba al balcón y así en la distancia, hablaban…

Por cuestiones laborales me bien a vivir a Tenerife y le perdí la pista. Al cabo de unos años se comentaba que había un humorista que estaba triunfando en las Palmas un tal Manolo Vieira.. Desconocía que el Manolo Vieira que estaba en boca de todos, el que cariñosamente conocía como Manolo El boca.

Tengo que decir que tarde supe que era la misma persona… Pero cuando escuché por primera vez una grabación suya le reconocí. Y a partir de ahí, en la distancia he seguido su impresionante carrera.

Tanto es así que siendo directivo del CB. Canarias, le contratamos para actuar en el Juan Ríos Tejera, donde triunfó una vez más.. Estas letras quieren ser únicamente un pequeño homenaje a un grande entre los grandes.. Manolo Vieira nos hizo, siendo ya mayorcitos.

Revivir nuestra infancia con historias que podrían ser nuestras propias historias.. Manolo, yo estuve cerca en un pequeño pasaje de tu vida y desde ese recuerdo estoy seguro que allá donde vayas, habrá sonrisas a tu alrededor..

Pero,.. Coño Manolo, debiste avisar despacito, paso a paso, como en el cuento de la madre de aquel amigo, “tu madre se subió a un árbol…”

Así finaliza la carta y le damos las Gracias especialmente a Antonio por compartir sus recuerdos. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.