¿Cuál es el truco para que un barbero o un peluquero tenga éxito?. Estoy caminando relajadamente por un mercado de Marrakech y siento una palmada en mi hombro.
Que pequeño es el mundo, un amigo de Marrakech que trabaja en el sur de Tenerife que también tiene dos pequeñas tiendas me conoció y fue quien me dió el toque en la espalda.
Hablamos un rato y cuando estábamos hablando, conocí a Abdel el barbero, un hombre muy interesante con un glamour espectacular.
Abdul aunque no los aparenta tiene setenta años y lleva ejerciendo de peluquero o barbero cuarenta y cinco años.
Como te dije en mi anterior carta, en Marrakech todos luchan por vender sus productos o sus trabajos y cuando sientes que te interesa haces un stop y esta vez, confieso que Abdul era interesante.
Abdul demostró ser un profesional de la barbería y obviamente me convenció que mi perilla o mi barba estaba muy mal recortada, porque yo mismo soy quien me la recorto cada mañana y la verdad que estaba horrible.
Me senté en el sillón de la barbería, por no decir, que fue Abdul quién me empujó al sillón y comenzó con su hojilla y sus cremas a dejarme guapo. ¿Cuál es el truco para que un barbero tenga éxito?.
El truco es sencillo, porque a todas las personas nos gusta y nos relaja cuando nos dan masajes y Abdel sabía hacerlo, porque cuando un calvo es feliz en una barbería, imagínate cuando tenemos pelos.
Con su arte y su glamour, me quitó los pelos de la nariz, las orejas, recortó mi perilla, me masajeó con sus cremas y potingues y en menos de veinte minutos ganó diez euros.
Hacen falta más personas como los peluqueros que nos sientan en los sillones y si te descuidas pegas a roncar como si fuera el sonido de una burra vieja.
Hoy visité Eurika al norte de Marrakech cerca del Atlas y una vez más queda demostrado que les sobra el agua del Cielo para regar y tener las mejores frutas y verduras del mundo.
Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos y estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.