La Piedra Grande sigue rodando y cuando la sacaron de la playa, muchos pensamos mal, porque pensábamos que fue para hacer daño, sin embargo iba por otro camino que muchos ya sabemos. Sin más come coco, leemos la declaración de Ana Mayor, Concejala de Juventud, Turismo y mucho más, pero por encima de todo, persona. Gracias a Ana por su fidelidad con este humilde periódico digital, el más leído de Canarias y estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
El acto de devolución de la piedra grande a su ubicación original no tendría, a priori, ninguna importancia en cualquier otra parte del mundo, pero la piedra grande es diferente, única y sólo unos pocos conocemos su importancia.
Sólo los vecinos y vecinas de Pozo Izquierdo, y, de manera general, los que somos de Santa Lucía de Tirajana, conocemos la importancia de la Piedra Grande en nuestro litoral y lo que sucedió en ella. La colocación de la Escultura en la Piedra Grande se ha realizado por dos motivos. Por un lado, para garantizar la seguridad de todas aquellas personas que nos visiten; velar por la seguridad de todos aquellos que no conocen nuestro litoral con la misma exactitud que nosotros, pero quieren disfrutar de nuestra playa de una manera segura. Y, por otro lado, y lo para mí es más importante, permitir que las generaciones futuras puedan conocer la historia como la he podido conocer yo. Porque no olvidar lo ocurrido, significa recordar a Isabel, a Isabelita, y, cómo no, que su familia vuelva a encontrar su espacio en nuestro litoral, su hueco en nuestra playa, en ésta su casa: aquí en Pozo Izquierdo.
Este merecido homenaje ha llegado 62 años después, pero con la misma emoción y sentimiento como si el suceso hubiera ocurrido ayer. El acto ha sido coordinado con los familiares y he de decir que ha sido un placer ver el resultado: la unión de la familia para la celebración del acto y la canción que Domingo Quintana, su sobrino, dedicada a ella y a nuestro pueblo nos ha puesto el vello de punta a todos los que el viernes nos encontrábamos en la playa. Parece que ayer no sólo soplaba el viento en Pozo Izquierdo, nos llegaba una brisa de añoranza y empatía que embriagó de emoción todo el acto.
La escultura podrá verse incluso con marea alta y tendrá iluminación nocturna alimentadas con un batería solar, una iluminación que por la noche darán un haz de luz a la escultura de bronce. La escultura está incrustada por medio de unos pivotes de acero inoxidable de 50 centímetros. La piedra está anclada con una estructura armada. Todo un conjunto de 5.700 kilos (la piedra pesa 2.800 kilos, la estatua pesa 180 y el resto es la cimentación).
