Una de las canciones qué más gusta es aquella que dice, “Una piedra en el camino…………con dinero o sin dinero, hago siempre lo qué quiero y mi palabra es la ley……..pero sigo siendo el rey”. Estoy casi convencido de qué el rey emérito Juan Carlos tiene que estar muy triste por dentro, porque últimamente las noticias en los más importantes medios de comunicación están bombardeando su imagen, su prestigio orgullo y respeto de una forma degradante al más no poder.
El 8 de Julio en el Canal 24 Horas por ejemplo decían qué en Tiempos Pasados Don Juan Carlos regaló a su amante Karine (creo qué se llama), sesenta y tres millones de euros, escrito con número 63.000.000 € y cuando nosotros vamos al supermercado con 40 €, vamos mirando los precios de cada producto que vamos cogiendo de las estanterías para no quedarnos en ridículo en la caja, si nos faltan perras. No voy a mentirme a mi mismo, confesando qué gran parte de los españoles por no decir del planeta somos negociantes y otra gran parte trapicheosos, pero nos sorprendemos negativamente cuando descubrimos qué alguien cómo un Rey hace estas cosas, fomentando eso mismo.
Desde los políticos qué trincan forrados y son aforados, hasta Urdangarin, Jordi Pujol y las miles de personas que podrían ser felices por la suerte de estar solventados económicamente y sin embargo caemos en la enfermedad asquerosa de la avaricia. Somos demasiados millones de personas y hemos perdido el control, especialmente los políticos qué tenían la obligación de administrar, pero han administrado sin vergüenza ninguna a nivel personal. El Rey emérito “era” entre comillas, una persona muy querida y respetada por millones de personas con ideología monárquica, pero ha desilusionado de forma brutal, porque sus soldados por decirlo de alguna manera, defendian su honor a muerte, sin miedo y con orgullo, pero cayó un mito, un gran jefe y todo por culpa del vicio y las mentiras.
El Rey actual Felipe, hasta el momento parece que está caminando bien, pisando fuerte y esperamos qué recupere la confianza en los pocos monárquicos que quedamos en España. Quienes estamos a favor de un Rey, es quiénes soñamos con conocer o creer aunque sea en una sola persona en éste jodido planeta con aproximadamente siete mil millones de personas, porque hasta el momento, políticos no hay ninguno que transmita buenas vibraciones y humildad a una sociedad defraudada. Quitamos la palabra Rey y la cambiamos por Presidente, Jefe, Responsable o Mandatario, pero “Pienso”, qué la sociedad necesita conocer o confiar aunque sea en una sola persona. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tiempo es el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.