En estos momentos de guerra psicológica con arresto domiciliario, vamos a ir saludando y deseando suerte y mucho ánimo a todos los que podamos. Una chica de Cruz Roja llamó a casa igual que a otras muchas para preguntar si necesitaba algo y gracias a Dios todavía tenemos bien el economato, pero lo tenemos en cuenta y Dios quiera que esto pase pronto.
En 1.991 fueron a casa cuando vivía en Gran Canaria, unos señores importantes a buscarme para que tocara en unas reuniones importantes. Y nueve años antes cuando era Cabo militar en Aviación recuerdo que el Comandante Monzón me ordena que cante en el Teatro la Víspera de la Patrona, para unas mil personas aproximadamente. Le dije que no estaba muy bien de ánimos, pero soltó sin anestesia el comandante esta frase, “Si no actúas tendrá un arresto de 14 días de calabozo por incumplimiento de contrato, según el Artículo 443 del Código de Justicia Militar”. Pues actué tapado con una sábana porque la verdad que tenía mala cara y toque el tema “La muerte tenía un precio”, con la sorpresa de que fue un éxito y tuve regalos, salí de fiesta con los oficiales y aprendí una vez más que algo o alguien desde el más allá nos empuja actuar de aquella forma, buena o mala, pero por un motivo en concreto.
Aprendí que todas las personas nos necesitamos y necesitamos energía mutuamente. Ahora resulta que algunos amigos de la Policía Local de Arona me obligan hacer con ellos otra cosa, ¿Qué será?. El tiempo nos lo dirá, porque imagino que si no cumplo, también vendrán con el rollo, que tendré catorce días de calabozo por incumplimiento del Artículo 443 del Código de Justicia Militar.
Un abrazo y mucho ánimo a todas las personas que están jugándose la salud propia y las de sus familiares. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, porque el tiempo es el tesoro más valioso del ser humano porque pasa y jamás volverá.