Iba el Quijote con Sancho Panza por la montaña y el Quijote dijo a Sancho, “¡Voy a matar a esos gigantes con las manos tan grandes!”. En lo que Sancho respondió, ¡Señor!, son molinos… “¡Cógeme el pepino!”, ¿A qué te la mandé?, le dijo el Quijote. Lo mismo están diciendo los políticos ahora y me refiero a los que prometieron bajar las cuotas de la luz, aunque de todas formas por ahora, a la mayoría de las personas este problema se la reflanfinfla, porque los votantes son más falsos que los euros rusos y caminan según los manejan. ¿Me equivoco? Si usted cree que estoy equivocado, simplemente tienes que escribir en el apartado de comentarios y demuestras que estoy equivocado.
Actualmente la comidilla es el precio de la luz, según los horarios y resulta que seguiremos trabados, porque ahora mismo no tengo claro si dicho horario, es con una hora menos en Canarias, ¡Ditosadios!, que noganaunopadisgustos. Según publicó el periódico El Mundo, los horarios más caros serían de diez a doce de la mañana y de seis de la tarde a diez de la noche, pero si nos metemos en el horario canario, sería de nueve a una de la mañana y de cinco de la tarde a nueve de la noche. Y no entiendo porque sale más barato utilizar la lavadora de doce de la noche a seis de la mañana. ¿Será que los otros horarios intercalados tienen también un precio de agárrate las patas?.
Resumiendo todo esto según mi criterio personal, volvemos a lo mismo, en el sentido de que es un rollo más para mantenernos entretenidos en cualquier lugar, mientras los políticos que son los más inteligentes, son felices comiendo perdices, que para eso ganaron las elecciones y al que no le guste, a llorar a la orilla de la marea. ¿Usted sabe para qué son los molinos esos que dicen estar para ahorrar luz? Hablo de los que vemos desde la autopista en la zona del Polígono de Granadilla en el sur de Tenerife, por ejemplo. !Qué si Carmensa!, Que yo también te quiero.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Por: Juan Santana.