Noticias Tenerife Juan Santana | La envidia sana a los moteros

Juan Santana | La envidia sana a los moteros

El mundo de las dos ruedas es alucinante, relajante, gratificante, emocionante y lógicamente están los que piensan que es también un mundo peligroso, pero en la vida todo tiene su riesgo y responsabilidad igual que las personas que tienen un perro peligroso y por un despiste muerde a un inocente. Y más daño que cualquier cosa lo hacen los animales más peligrosos del planeta, que son los mismos humanos. Últimamente sobran ejemplos como padres que matan a sus mismos hijos o viceversa o quiénes violan y rompen la cabeza a una pobre criatura de dieciséis años cuando iba tranquilamente a su casa, pero cuando dañan a las inocentes personas dejan los daños colaterales en cadena con muchas víctimas sufriendo.

Todo esto anterior no tiene nada que ver con el mundo de las motos, es simplemente para decirles a los negativos que salgan de las rotondas cuando se traban diciendo que las motos son peligrosas, porque absolutamente todo es peligroso. Cuando era más joven, recuerdo pasear los domingos en Gran Canaria con la Yamaha 400 que tenía una línea espectacular y un sonido agradable al oído y era por el año 1.982 al igual que la Kawasaki 900, otra máquina que tiraba muy bien, pero está muy claro que por mucha moto que tengas, los pilotos son los que manejan mejor o peor, porque cuando echábamos carreras desde Sardina del Sur hasta Santa Lucía con dos motos, la Montesa Enduro 250 de Carmelo del Doctoral contra la Kawasaki 900 de Braulio Rodríguez en paz descanse, siempre ganaba Carmelo porque era mejor piloto o estaba más loco.

Confieso que la mejor moto para mí, es la Ducati 900 Desmo y en el año 1.984 habían muchas circulando por las carreteras, cuando todavía no existían las autopistas. Comparto la imagen en Tenerife, de la Honda 750 con treinta años de antigüedad, porque está prácticamente nueva y felicitar a todos los amantes del mundo de las motos porque les tengo una envidia sana. Y el diseño de motos que durará por los siglos de los siglos es el de la Vespa, sin duda alguna.

Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.

 

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