Cuando vemos cómo entra un cayuco por el Sur de Tenerife, en Playa Las Vistas y prácticamente nadie los espera, además los pocos turistas y residentes tomando fotos para el recuerdo, pero con la duda si será un lindo o amargo recuerdo, sinceramente sentimos mucha tristeza.
Cuando algún gracioso de turno suelta las frases de idiotas que dicen, “Cómo esto siga así, tendremos que irnos nosotros o no quemen las pateras para utilizarlas nosotros”, me dan ganas de responderles, ¡Vete pal’carajo ignorante!. No es gracioso todo esto que estamos viviendo y estamos tan felices, yendo a los Centros Comerciales a dejar nuestro aburrimiento de hipnotizados con el keleden a todos los sucesos y olvidando que todo en la vida pasa factura a nivel personal y social.
Ignoramos los sucesos de los demás, mientras nos va bien, pero el tiempo es la única forma de comprender a quienes sufren como los venezolanos o cualquier país lejano, incluso a los mismos vecinos. Ignoramos porque somos ignorantes por naturaleza y digo ignorantes sin ánimos de insultar, porque mutuamente de cualquier forma todas las personas nos ignoramos.
Hoy día diez de diciembre, el Presidente del Gobierno de Canarias, alargó una semana más el toque de queda, palabras utilizadas en tiempos de guerra y todavía seguimos sin entender el tema de no poder estar en más de grupos de cuatro, cómo si el Covi-19 contará a las personas y para colmo prohibido practicar deporte. Sin embargo los Centros Comerciales a tope y si usted querido lector entiende las razones, muchos agradeceríamos que nos lo explicará en el apartado de comentarios. Muchos estamos muy tristes y digo muchos, no todos, porque hay una gran parte, que se la suda absolutamente todo y tal vez tengan razón, porque estará cerca el fin del mundo.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Por: Juan Santana.
