Este año tampoco visitaré Inglaterra porque es un sufrimiento el rollo de las mascarillas y sin entrar en más detalles, desde Gran Canaria hasta Inglaterra nos vamos aunque sea virtualmente, con la ilusión de que pulsen los teclados y lean éste periódico con diez millones de visitas, especialmente muchos amigos y familiares de los amigos que están afincados en éstas tierras lejanas.
Pino Betancor en su bicicleta estática espero que sonría una vez más cuando se vea en Inglaterra a través de éste escrito y además su hermano Paco, qué está conmigo en Pozo Izquierdo (Gran Canaria). Igualmente que mis amigos jóvenes de el Fraile en Tenerife que también leen éste periódico cada día en Holanda, para estar al día de las noticias de su zona.
Los jóvenes de el Fraile en Arona, consiguieron un buen trabajo cogiendo girasoles y mis amigos en Inglaterra están trabajando en el mundo de las tecnologías y otros asuntos. Paco Betancor, recorre el mundo porque trabaja en una empresa internacional y lo mismo está en Madrid, que en Fuerteventura o en Salamanca.
Tuvimos una infancia un poco loca, tengo que confesarlo, pero seguimos vivos luchando por intentar ser felices, porque no hacerlo es estar totalmente equivocados. Hemos cometido un millón de errores como cualquier hijo de la gran bretaña y obviamente nos arrepentimos con el sufrimiento escondido en nuestros interiores, cómo muchos de nuestra época y en todas las épocas siempre existieron las guerras.
Paco Betancor, actualmente además de su trabajo, ayuda a muchas personas que están al borde del abismo y tal vez sea una forma de pagar la factura de los errores del pasado y con la experiencia tenemos más seguridad siendo auténticos profesionales. Aquí lo dejo, esperando que haya una mínima reflexión personal.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Por: Juan Santana.