En éstos tiempos donde estamos viviendo el sufrimiento desde La Palma en las Islas Canarias, son momentos durísimos, muy tristes y imposibles de masticar, pero buscamos la forma de tener paciencia, porque tenemos que esperar que la naturaleza termine de escupir las toneladas de lava que el destino nos marcó. Cuando el suceso del tsunami en Japón, recuerdo escuchar a un señor que perdió absolutamente todo, familia y casa. El reportero de un canal en televisión le hizo la pregunta que para mí es una pregunta estúpida, “¿Cómo se siente?” y el señor que había perdido todo respondió, “Las cosas pasan porque tienen que pasar” y con la naturaleza nadie puede hacer nada.
Gracias a Dios o al destino, éste periódico hasta el momento tiene una media de diez millones de visitas y parece que no es nada. Mi riqueza personal es tener un millón de amigos y todos somos amigos mientras no demostremos lo contrario, porque pensar bien es la mejor actitud. Muchas veces digo que somos aproximadamente siete mil millones de personas en el planeta y cada persona es un libro con infinitas páginas.
Hoy día 21 de septiembre del 2.021, saludé a cuatro personas, cuatro amigos y recorrerán por siempre el mundo a través de las redes y tal vez alguien les salude, especialmente sus amigos más cercanos, porque no pienso escribir sus nombres y es una forma más de relajar el corazón que llora con los palmeros. Hoy una amiga llora cuando le pregunté si echaba mucho de menos a su amor en paz descanse, otra llora porque su familia perdió dos casas en La Palma, uno es zapatero y otro amigo es de todo y más. ¡Lo dicho!, somos una media de tres millones de personas cada día enganchados a las redes y sumando mis cuatro amigos, a usted y a mí, somos seis. Somos números y aquí lo dejo.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.