Estimado lector, gracias por regalar un poco de su tiempo leyendo, el tiempo es el tesoro más valioso del ser humano, pasa y jamás volverá. Agradecer de corazón al amigo Juan, que desde Almería comparte un poco de sus vivencias en estos tiempos de alegrías y tristezas entremezcladas. Sin más preámbulo les dejo con sus palabras.
La vida, con llegada del COVID-19 a Almería, al igual que al resto de ciudades, nos tenía sumidos en una “pesadilla” lejana desde que fue detectado el primer caso en China, ahí por la primera quincena de diciembre. Pero fue en esta última semana cuando los Almerienses y España en general despertamos de golpe, viviendo una auténtica distopia, como tantas veces vemos visto en las películas de CIENCIA-FICCION, un mundo imaginario creado por la literatura o el cine, considerado indeseable y sobretodo improbable para la gran mayoría, con la diferencia que ahora es REAL, no es ficticio aunque sí que tenga apariencia de “CIENTIFICO LOCO” (nuestros mayores con el mayor índice de riesgo, los niños totalmente inmunes pero grandes portadores y con gran carga viral…)
La epidemia difundiéndose, los anuncios del Gobierno, los expertos en televisión junto con comentaristas improvisados, las pasarelas políticas que aprovechaban la alarma mediática para tener algo de visibilidad, los medios de comunicación nos bombardeaban con noticias contradictorias; mientras tanto…seguiríamos sin correr riesgos para la SOCIEDAD, muchos medios de “información” optaron por el sensacionalismo con el objetivo de incrementar sus ventas, mientras tanto, la información veraz y detallada se diluía entre titulares falsos y engañosos, pasando así de la relativización de “es sólo una gripe” a la irracionalidad del pánico del “sálvate a ti mismo si puedes”. Mientras tanto, los hospitales se estaban llenando de pacientes infectados por el “pequeño virus en forma de gripe común”, y las unidades de cuidados intensivos en ciudades como Madrid se dirigían hacia la saturación, personal sanitario multiplicando sus turnos de trabajo para enfrentar el veloz aumento de pacientes pidiendo a la desesperada que cumplamos con las medidas preventivas.
Quizás estamos empezando a comprender que las fronteras no existen, que nadie se salva sólo, que la salud es un derecho universal, que la economía puede esperar, que la vida es frágil y protegerla es un deber colectivo.
Protéjase usted, proteja al resto, protejamos a todos sobretodo a nuestros MAYORES!!!!!!!! (Hay abrazos que son magia, son de esos que hacen que desaparezca la tristeza y aceleran los latidos…pero pueden y deben esperar para volver a darlos con la misma o mayor fuerza).
#yomequedoencasa
#quedateencasa
Por: Juan Santana.
