El ahora que somos y estamos, cuánto depende del pasado, de hace veinte o cuarenta o sesenta años. Evidentemente la misma pregunta, es diversa, no es lo mismo tener cuarenta años ahora mismo, que tener veinte, que tener sesenta u ochenta.
Me he encontrado con un artículo-texto de Javier Cercas, notable escritor, notable articulista, ser que hasta dónde conozco siempre ha buscado la realidad se bese y ame con la palabra, eso que durante siglos se ha denominado verdad y veracidad y verosimilitud. En definitiva, ese es el oficio de todo ser humano, de usted también, tenga la profesión que disponga la vida. Pero aún más de todas las clases intelectuales, en todas sus formas. Me he encontrado con un texto-artículo del 2002, de Cercas, titulado: Yo soy aquel.
Que se plantea a los cuarenta años, lo que era o pensaba o sentía o deseaba ser a los veinte… Empieza el texto: “Hace veinte años, yo tenía veinte años”. ¿La pregunta que a la mente lleva, porque no olvidemos que la mente-cerebro-psique te lleva por derroteros que quizás no buscas, ante esta afirmación, te lleva, qué tú o yo o su vecino hace cuarenta o treinta o veinte o diez años tenías veinte años…?
Y, y, todo el mundo tenía y tiene sus sueños y sus visiones y sus deseos y sus pasiones y sus futuros posibles e imaginarios. Y, llega una edad, y, te autoevalúas, que pensabas o qué sentías hace tal o cual tiempo. Te ha salido todo lo que esperabas a nivel afectivo, a nivel familiar, a nivel laboral, a nivel vocacional. Y, todo esto se puede cristalizar e insertar en mil modos o maneras y concreciones. Creo y estimo, a estas alturas de mi existir, que será semejante en casi todo a casi todos, con algunos matices. Cada uno tiene sus notas singulares, usted también. Que en algunos temas, te sientes que has triunfado y has tenido éxito o estas satisfecho, pero que en otros has tenido un fracaso enorme.
Y, tienes que vivir con ambas realidades, cambian las notas de la partitura, uno habrá tenido éxito en el amor y amar, pero no en los negocios, otro ha tenido grandes laureles en su vocación, pero poco entre las sábanas del deseo y de la pasión. Unos y otros…
De ahí, la enorme necesidad que nos enseñen, aprendamos a buscar la realidad de lo real, lo real de la realidad, aprendamos a buscar lo que se llama verdad y veracidad y verosimilitud. Siempre la realidad-verdad. Nos guste o nos disguste, nos agrade o desagrade, porque la verdad nos hará libres, la Verdad nos hará libres, copiando la frase bíblica. Solo podemos vivir con y en la verdad.
Lamentamos que a usted o a mí, vayamos al médico y nos diagnostique una enfermedad grave. Pero esta es la realidad, tenemos que vivir y existir, con esa realidad. Tenemos que admitir la realidad y la realidad-verdad. Y, desde ese momento, intentar al asumir la realidad-verdad lo que nos ha tocado, a unos, les toca una cosa y a otros, otra. A unos, a una edad, y, a otros, a otra. Y, al asumir esa realidad, quizás, podamos alargar la capacidad de continuar respirando en este planeta. Si no la admitimos, pues no seremos conscientes de lo real y realidad, y, por tanto, no seremos conscientes de lo que somos, y, por consecuencia, nosotros reduciremos nuestro tiempo bajo este sol de agosto o de diciembre…
Pero también, tenemos que vivir, quizás la trayectoria final de la existencia, que no todo nos ha salido como esperábamos. Por mucho que hayas trabajado y te hayas esforzado. Por accidentes de la vida, accidentes de distinto tipo. Quizás, problemas con hijos o nietos o con otros miembros de la familia. Somos y estamos en el mundo. Nadie está totalmente contento, quieres vivir con un sueldo digno y honesto, lo consigues, pero los deseos siempre son más, las necesidades aumentan, porque quieres otra cosa. Y, deseas un trabajo mejor con un sueldo mejor, y, quizás, lo consigues. Lo alcanzas, y, te equilibras durante un tiempo, pero al poco, detrás de la puerta, tienes otras necesidades y otros sueños, y, ya a esos no alcanzas. Y, al final, sientes que has fracasado. Pero el que se ha quedado atrás muy atrás, a ti, te ve como vencedor en la vida, al menos en esa faceta, pero tú, a ti mismo, te percibes y te sientes como que has fracasado…
Los artículos periodísticos son un género, un instrumento que los humanos han inventado o descubierto, para plantearse preguntas y cuestiones que de otro modo no harías. Porque son temas que se producen en la calle, pero muy raramente en el tiempo y en la cantidad suficiente. Así, usted estimado lector/a hoy se enfrenta a un tema, que quizás, todavía no está en su mente o conciencia, o quizás, si ya está en la tercera edad, lo tiene presente cada día…
No sé qué sucederá con la IA aplicada a los artículos de opinión. Pero creo que de momento, pienso que no es capaz de plantearse esos matices de lo que una persona de carne y hueso puede sentir, de sus sueños de hace veinte o cuarenta o sesenta años… Creo que una IA actual, de momento, no sería capaz de redactar una columna con los matices que ésta tiene, de forma inconsciente y consciente, expresada y semiexpresada, lo que dice y lo que aparenta decir, lo que manifiesta y lo que induce…
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