Noticias Tenerife “Una posible vejez, de la persona bondadosa”

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“Una posible vejez, de la persona bondadosa”

Cuentan que un judío ya con bastante edad, que volvía del trabajo, de los pocos que se quedaron en Centroeuropa, volvía cansado, que había perdido a su mujer y a su hija…

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Había perdido en un campo de concentración-exterminio, hacía unos lustros, se encontró que en la puerta de un hotel, estaba reunida mucha gente, que esperaban al jefe de una empresa de alto nivel. Porque no podía pasar porque estaban las aceras cortadas y llenas de personas, y, quizás un poco por curiosidad, al final, no le esperaba nadie en su hogar o casa o lugar de dormición. Esperó un poco, y, a los pocos minutos, bajó, como autoridad y con traje correcto de poder una persona, que reconoció que era un alto responsable de ese campo de concentración-exterminio dónde había perdido a su esposa y a su hija… En ese momento le cayó sobre su conciencia, una pesadumbre, temor, angustia tan profunda, y, marchó a su casa, y…

Sea esta una historia real o imaginaria o inventada o en parte real o en parte simbólica o sea un relato o un cuento, sea una producción cultural del pueblo que tenga algo de real, y, lo haya ido cambiando y modificando. No podemos negar que esto es verosímil. Este es uno de los grandes y graves problemas de la realidad, éste es en definitiva, el Relato o el Cuento de Job, o la Historia de Job, que si mi memoria no me fallaba, decía el maestro Ortega, que era el libro más importante del Antiguo Testamento, y, desde luego, de la producción cultural de ese momento, sobre el siglo VII a. C., tan importante como los presocráticos –supongo que un día, desde la Filosofía, la Historia, la Cultura, la Literatura se integrarán los escritos de la Biblia, como una fuente más, para analizar la realidad, que se miren y estudien y analicen como otros libros más, dentro de esas disciplinas, y, empiecen a formar parte, no solo del canon religioso, sino del literario y cultural e histórico universal-.

Y, es también el problema o Mito de Gigas, mito griego, que es en definitiva, la primera versión, que conozco o conocemos del hombre invisible. ¿Cuánto haría un humano si supiese que lo que hace, por ser invisible, jamás sería castigado, sancionado, juzgado…?

De alguna manera, llega un momento, suele ser la Tercera Edad, cuándo las personas, se van jubilando, que viene de júbilo, fiestas antiguas religiosas, que tenían algo de religioso y sacro, pero también de alegría y júbilo. No olvidemos que las fiestas seculares, son en su origen, algo sagrado y religioso. Ese día se descansaba, ese día se sacaba en procesión un santo, ese día se asistía a los servicios religiosos, ese día se descansaba de las labores obligatorias, ese día, las personas jóvenes tenían más posibilidades de verse y por tanto, de conocerse, aunque solo fuese a distancia, y, por tanto, la vida siguiese con los posibles matrimonios y coyundas legales y jurídicas y sociales.

En ese tiempo de vejez, que gracias a Dios, gracias al esfuerzo humano social y cultural y laboral, casi toda persona en Occidente, al menos en Europa recibe un estipendio económico, con el cual, en mejor o peor grado puede vivir y sobrevivir. Teniendo el factor del bolsillo resuelto o medio resuelto, en mayor o menor medida, entonces, vienen las horas y los tiempos libres para hacer muchas cosas, poder hacerlas, pero también viene la lucha del desierto, la lucha de los monjes y en las celdas. Como se tiene más tiempo, vuelve del pasado, recuerdos, palabras, hechos, acciones, de uno mismo y de otros. Y, entonces, se produce dentro una enorme lucha del sujeto consigo mismo.

El júbilo de la jubilación se convierte en muchos casos, no en todos, la lucha del conocimiento de uno mismo en uno mismo. El superior o general de los Cartujos, que parece ser, solo existen ya unos trescientos cartujos varones en todo el planeta, indicaba en una entrevista, que cada vez se va más hacia dentro, conocer más dentro, más dentro del dentro…

Pues, en esa lucha del interior, en esa evaluación de la vida, de alguna manera, quizás, las personas no sean justas consigo mismas, no sea misericordiosas con ellas mismas, quizás, solo recuerdan algunos elementos y no otros, quizás se olvidan unos y no otros, quizás, la sentencia del propio juez sobre uno mismo no sea equitativa y no sea justa. Quizás, como todo se ha ido cambiando en parte, a no ser, que en su tiempo, fijase con memoria precisa los acontecimientos y variables, cosa que no suele suceder…

Pero si sucede, en algunos casos, no sabemos si muchos y pocos, pero que personas que sin haber sido perfectas, son tenidas como malas, a veces, muy malas. Porque los demás solo han juzgado teniendo y conociendo una parte de un pleito, y, por definición, en un juicio, hay que escuchar todas las partes.

Pero además, puede suceder, que la persona bondadosa, la persona de buena voluntad, que se ha esforzado en todo su vivir, ser de buena voluntad, se ha esforzado seriamente, sucede muchas veces, que es tomada como la persona mala y malvada. Y, la persona, que no ha caído en mucha tentaciones, como el mito de Gigas, no ha hecho muchas cosas, no ha llegado a muchas metas, por no hacer mal a nadie, por no hacer mal a si mismo, es no valorada y tenida, como una persona, incluso ignorante, sin personalidad, incluso malvada, sin lustre y sin prestigio social, ni económico, ni cultural, ni…

La persona que en los pleitos de la vida, no ha buscado el mal, ni la maldad. Que ha olvidado y perdonado multitud de veces, para no agravar situaciones, encima, al que más se agacha más se le ve el culo. A esa persona, es tenida como mala. A esa persona, se le ha sentenciado, por el grupo, sea mayor o menor como mala, y, es y ha sido silenciada, denigrada, marginada, y, a veces, calumniada…

Y, de vuelta al trabajo, a esa persona le sucede, un capítulo parecido o semejante, del principio de este relato. Se encuentra, que como el problema de Job, la persona mala es tomada como buena, la persona buena como mala, el pequeño Job, que esa ha sido su existencia, es tomado como el malo, el que se ha saltado las normas del Altísimo, como le decían los amigos…

Los relatos y los cuentos nos sirven como simbolismo, para en una entidad cognoscitiva y constructiva cultural, explicar muchos fenómenos. Solo queda la esperanza, solo queda la esperanza que exista el Buen Dios, y, que exista Juicio Particular y Tribunal ante Dios, solo queda, esa realidad, “para que cada uno, sea capaz de ver el bien propio y el bien de los demás, el mal propio y el mal de los demás”. Ya, exista esa Realidad sin engaño, y sin mentiras, y sin manipulaciones. Y, si existe, quizás nos llevemos muchas sorpresas… Esperamos, que la Justicia brille, al menos ese momento, esperemos que todo el mundo, se arrepienta, al menos en el último momento, siguiendo el saber del cristianismo, esperemos que nadie caiga en la desesperación completa sin esperanza… ¡Paz y bien y verdad…!

http://youtube.com/jmmcaminero        © jmm caminero

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