Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz: “Te levantas a las siete de la mañana…”

- Publicidad -

Jesús Millán Muñoz: “Te levantas a las siete de la mañana…”

¿Qué se necesita para ser un buen columnista? Experiencias de un articulista veterano.

spot_img

Abres los ojos a las siete o a las ocho o a las seis o a las diez y sabes que tienes que rellenar un folio, contar la historia pequeña o grande, construir un artículo/columna periodística.

Antes, incluso o después, de desayunar, tienes que ponerte a rellenar la cabeza con ideas, mirar la prensa, oír la radio, escuchar tu cerebro, recordar algo, o, quién sabe el método que usted o el vecino seguirá.

Esos que rellenan columnas periodísticas personales. Algunos hacen deporte, toman el café en una cafetería, repasan otros periódicos o los compran, miran otros rostros, y, vuelven a sus nidos para rellenar de palabras una idea.

Me dirá usted, que algunos y algunas lo harán por la tarde, o la noche, o el anochecer, o la madrugada. Pero lo general, siempre ha sido la mañana, porque era la manera, de a las pocas horas, enviar el jamón y la pandilla de chorizos de palabras a las redacciones. Ahora, indican, que hay más libertad con el correo electrónico o con los periódicos digitales.

Pero sigamos con la convención, la mayoría lo redactan por la mañana, a distintas horas de la mañana, y, la mayoría los envían –o, se los recogían en moto con motorista-, a las pocas horas, para que estén o estuviesen en las redacciones.

Da lo mismo, cientos de personas, realizan esa función o finalidad, unos cobrando estipendios de unidad monetaria, otros, solo recibiendo las gracias y agradeciendo que te dejen un trozo de pared para llenar una serie de fragmentos-frases-ideas…

Usted, con su oficio o su profesión o su vocación o sus obligaciones y sus deberes, quizás, no conozca esta dinámica, de aquellas personas, que redactan noticias, que siguen un plan semejante, o, aquellas personas que esculpen artículos de opinión –sean de análisis o sean personales literarios…-. Todos se enfrentan, todos nos enfrentamos, al tema del día.

Qué tema o temática hoy. Temas de la actualidad que llaman, lo que ha sucedido en esta semana o ayer, y, siguen los ecos. Todos los medios –radio, televisión, Internet, blogs, redes sociales, periódicos- hablarán de ello, incluso en las conversaciones rutinarias entre las personas.

O, seleccionas un tema, que no es novedad, pero que es necesario todos los días. Yo, lo concentro en la frase: “hablamos de la tortilla de cada día”. Es decir, temas, que afectan a las personas, si no diariamente, a grupos o colectivos mayoritarios.

O, quizás, los temas que llaman cíclicos, que algunos autores, de forma irónica y con cierta sorna, en España se habla de “escribir sobre las castañeras en otoño, de los Reyes Magos, del otoño, del comienzo del curso escolar, de las vacaciones en la playa…”.

O, un tercer grupo, que son temas diarios y rutinarios pero que no les suceden a todas las personas, pero si en una época, por ejemplo, tu boda o la boda de tu hijo o la boda de tu nieto o de tu hermano. Asistes a diez o doce bodas a lo largo de tu existir, que son muy cercanas a ti. Y, por tanto, se puede hablar de esos temas…

Hay quién piensa que, como Vicent, Manuel, escritor y articulista notable, que lleva lustros insertando sus hormigas de palabras y sus rinocerontes de ideas en El País.

Vicent, indica que si él fuese profesor de historia, enseñaría historia del siglo diecinueve, con la gran novela de ese siglo, sea rusa o española o francesa o inglesa –pongan ustedes los autores-, pero si desease enseñar historia del siglo veinte, les pondría a los alumnos artículos de periódicos.

Creo que lleva razón. Siempre la razón de/en las humanidades, es general. No es absoluta, ni es total… pero, si la idea de Vicent, es correcta, en los tratados y manuales de historia, la historia académica y universitaria, se deberían utilizar más los artículos para entender y comprender las realidades del presente que fue pasado, del pasado que todavía es presente, todavía…

Me presento ante usted como articulista. No puedo decir, que sea un columnista aficionado. Sería injusto con usted y conmigo mismo. Después de toda la vida leyendo y pensando y meditando artículos de otros. Después de toda la vida, intentando hacerme un hueco en un trozo de papel periódico, para poder insertar textos propios. Y, después, de toda la vida de escritura literaria y filosófica y de pensamiento.

Al final, quizás por el milagro de Internet, me han dejado ya un trozo de lugar, para publicar en digitales. Ese sueño de joven, de ser y estar en los periódicos mi escritura. Se ha hecho realidad. No soy un gran articulista, al menos, no lo soy, definido así por los otros, por el público o por los que gestionan estos medios. Pero soy un articulista.

Puede que de los cientos o miles que en este país-sociedad-nación-Estado hoy, y mañana y el mes que viene firman un artículo. Puede que esos miles de articulistas, yo, yo sea uno de los que están en la quinta fila. Pero ya, ya debo confesarle a usted, ya, a mi edad que ya he coleccionado muchos fracasos.

Pues acepto la realidad, al final, Shakespeare solo hay uno cada siglo. Y, en el articulismo sucede lo mismo. Aunque yo no sé, no sé quién será en el siglo veinte en España, y, menos en este siglo, que yo no terminaré de ver el Dante del articulismo…

Pero si le puedo decir una cosa, intento rellenar palabras con verdad y con bondad. Palabras que puedan servir al corazón de usted y al corazón de su tataranieto. Sin negar que tenga muchos errores, errores de todo tipo. Usted arrégleme la muela de forma correcta y sin demasiado lucro y, yo le ofrezco artículos con el máximo grado de verdad y veracidad y bondad y bien que soy capaz, con algunas gotas de belleza de y con palabras. Paz y bien…

http://filosliterarte.blogspot.com.es      © jmm caminero

spot_img
- Publicidad -spot_img

Últimas Noticias

Últimas Noticias