Me he encontrado con uno de los últimos artículos de F. Umbral, fechado el 22 de junio del 2007, no olvidemos que falleció unas semanas después, titulado Machado, publico en El Mundo. Que a mi me parece, que ya es una columna hecha y transcrita a viva voz, que puede ser que ya no la hizo con su máquina y sus dedos y su tecleo, porque ya estaba enfermo, hasta el final Umbral anidó con la poética y con las palabras en la boca y en el corazón y con las teclas de los dedos.
Creo que A. Machado es un símbolo de nuestro terruño y creo que F. Umbral se convertirá también en un símbolo de nuestra Piel de Toro, creo que en el articulismo un día se verá a Umbral como el Larra del último tercio de esta Tierra de Conejos. Creo que con el tiempo, cuándo las olas del mar se vayan apaciguando, nos daremos cuenta, que Umbral tiene la misma categoría que Proust. Siempre indican que aprendió mucho de Ruano, y, es cierto, pero Umbral aprendió y aprehendió de todo el articulismo desde su adolescencia, porque leía los periódicos que le llegaban, y, cómo el decía aprendía la esencia del artículo, aprendía añadiría yo, vida y literatura, ambas mezcladas.
En nuestra sociedad ocurre un fenómeno que no se produce tanto en otros terruños de Europa, que alguien puede alabar una obra literaria o actividad cultural de una persona, y, no necesariamente estar de acuerdo con toda la vida de una persona, alguien puede alabar a A. Machado, y, también tuvo sus grises, alguien puede alabar la producción articulista de F. Umbral y también pensar que tuvo sus grises… No podemos olvidar esto. Porque si lo hacemos, no podríamos escribir de casi nadie, o de muy pocos del mundo de la cultura y de la ciencia y de la filosofía y de las artes… No mencionaré figuras, figuras que han rozado la genialidad en sus producciones culturales, pero sus biografías psicomorales han dejado mucho que desear, más desde un punto y óptica de la tradición moral de siglos. Lo ideal es que fuésemos santos y sabios, pero pocos llegan a esas alturas…
Siempre he pensado que Umbral, aprendió de todos, después diríamos siguió abriendo las líneas de Ruano, pero en aquella época hubo muchos articulistas de renombre, en este país, debido a mil factores, uno, la censura, la columna periodística de opinión, se fijó más y más en cosas pequeñas y más en realidades literarias, en moldes estéticos. Alfonso Sánchez se olvida, y, en su serie titulada: Mi columna, llevó el género a enormes profundidad. Yo, creo que Umbral se fijó en todos y en todas las plumas, aprendió de todo y de todos, y, de todas las generaciones que le precedieron y de sus coetáneos, por eso, su tintero estaba lleno de todas las cuevas y bodegas de todos los vinos y quesos mejores de esta Hispania con letras de siglos.
- Umbralaprendió mucho de Ortegay quizás menos de Unamuno, pero esto apenas se indica, Ortega es el articulista y pensador y filósofo que une y reúne, filosofía, política y poética. Ortega en algunos de sus artículos, como aquel que habla del marco de los cuadros, que llega a la perfección estética y literaria y de contenido. A Umbral se le achaca, para minusvalorarlo que no tiene ideas y no tiene conceptos, y, eso es un error, no se pueden escribir veinte mil artículos sin llevar ideas. Puede que a usted no le guste ni la persona, ni su moral, ni su psicología, ni su escritura, pero no le achaque algo que no es verdad, si tiene ideas, que las ideas sean acertadas o no, es otra cuestión…
Que puedo decir yo del maestro Antonio Machado, que puedo decir del Juan de Mairena de carne y sangre. Ahora en algunas asignaturas de filosofía española se incluye y se inserta como un nombre más. Siempre he pensado que debería haber escrito más, o mejor dicho, debería haber roto menos papeles –aquello de la señora de la pensión, que decía, que tiraba muchos papeles, que si los hubiese conservado, podría haber comprado un coche, aquella señora que en un documental decía esas palabras, aquella pensión de Segovia, que hemos visitado los dos viajeros, hace unos años…-.
Creo para terminar, que debemos, aunque admitamos grises y sombras y luces, en ambos, debemos no dejar que Umbral se vaya olvidando, porque es una de las grandes figuras, en Francia sería considerado un genio, aunque no se esté de acuerdo total o parcialmente con él, en todos los aspectos. Y, su vida ya la habrá juzgado el Buen Dios. Y, de Antonio Machado creo que nos merecemos que sus restos vuelvan a España, cierto es, que dónde sería enterrado, se abriría una polémica nacional, pero con polémica o sin ella, A. Machado merece volver a España, ya es hora de que vuelva. Ya es hora que sea la demostración de la reconciliación definitiva, ya es hora que dejemos de mirar tanto al pasado y miremos el futuro…
Recuperemos estas dos figuras, cada una en un ámbito de la realidad y de la historia. Paz y bien.
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