Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz: “Entre sábanas limpias y las sonrisas…”

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Jesús Millán Muñoz: “Entre sábanas limpias y las sonrisas…”

Una de las sensaciones y placeres buenos y honestos es introducirse en la cama, cansado del día y del pensar, y entrar en la mar de sábanas limpias y crujientes y planchadas…

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En estos tiempos, que parece que se incentivan algunos tipos de placeres y sensualidades, quizás, habría que fijarse en cientos posibles experiencias y vivencias y sensibilidades que son honestas y morales y éticas, y, que apenas tienen un precio, que podemos tener la inmensa mayoría de los humanos, y, que quizás, no apreciemos.

Quizás, por esas obsesiones de irse de viaje alrededor del mundo, sea al Pacífico lejano, sea alguna isla lejana del Atlántico, quizás al norte de Europa o al Asia lejano, quizás, sea por esas realidades y otras, en la que los humanos buscan distinguirse de los demás, quizás, apagar sus sed y hambres más profundas con los viajes o bienes materiales de todo tipo o de experiencias y vivencias psicológicos de todo tipo…

En esos vericuetos de realidades, no valoramos lo pequeño, unos huevos fritos y con yema, unas sábanas limpias y casi calientes o frías que suenan como patatas crujientes en la boca, un buen café caliente en el invierno profundo, -cada vez más pequeño en nuestro terruño-, y, mil otras cosas.

No es baladí este tema, porque todos los humanos sufrimos por ser seres limitados, débiles, frágiles de carne y de mente, sufrimos dolores y sufrimientos y penas y angustias. Y, también todos los seres humanos sufrimos alegrías y esplendores y felicidades y esperanzas. Tenemos que llegar a equilibrios entre las realidades. Los dolores hay que apagarlos y soportarlos e irlos curando, en los corazones de los humanes y de los humanos y de las humanas.

Y, las cosas pequeñas, morales y éticas, que casi todos los seres humanos pueden disponer y apreciar, es uno de esos instrumentos y artilugios culturales y técnicos que hemos inventado y descubierto. Hace unos lustros, leer, con y en descanso y sosiego, leer el periódico de papel, con un refresco o café o té, en un sillón de casa o en una terraza de un bar, era uno de los placeres de la vida –pero ahora, ya la mayoría de bares, restaurantes, tascas, cantinas, hoteles no disponen de uno o dos periódicos de una o dos marcas…-.

La cama como invención casi moderna, se retrotrae a los imperios antiguos, Asiria, Egipto, posiblemente antes en la época de la neolitización. Pero el chinchorreo de Internet nos informa que los científicos de la prehistoria han encontrado una especie de ropa y cama de hierba de hace doscientos mil años -227.000 años-, en el sur de África. De todas forman algunas familias de gorilas hacen una especie de camas con hojas, cada noche al dormir y en alto.

No debemos infravalorar la cama. Como es un objeto presente y real en todas las civilizaciones actuales, sean de una manera o sea de otra. Que esté en alto, evita el contacto con el suelo, y, por tanto, evita potenciales enfermedades de mucho tipo. Al estar acompañada de sábanas y mantas, evita el frío de la noche, incluso de la defensa de otros animales.

La cama que creemos es un utensilio sencillo y fácil, y, nadie lo niega, está formada por partes, el entramado de madera, el colchón, las sábanas y mantas, la almohada, etc. Y, desde luego, como en todo lo que toca el ser humano, realiza un objeto en distintos materiales, y, en distintas formas y estéticas. Aunque el diseño básico que disponemos será o estará con nosotros desde hace milenios. Después, los humanos se distinguen unos y otros, por el valor económico de los objetos que realiza. Por eso en todo, existe el mismo artilugio que cuesta una unidad monetaria de unos cientos, hasta de unos miles o decenas de miles…

El lector que se acerque a este abrevadero, de este modesto artículo, no solo deseo que reflexione sobre objetos rutinarios y normales y diarios, que cada día o al menos, alguna vez, en cada semana, se relaciona con ellos. Suponemos que la cama la utiliza una vez cada veinticuatro horas. No solo que sea consciente de esas cosas pequeñas que como adornos diarios y rutinarios le sientan y le consienten ser y estar en este mundo con una alegría y con una sonrisa…

Sino que también valore, en tiempos y aguas, agridulces como todas y todos los tiempos, que sea modesta y prudentemente feliz y alegre, con las pequeñas cosas que le rodean. Vivimos en nuestro mundo, y percibimos todos, las tristezas y grises y negruras propias y de los otros y de los tiempos, pero no las luces y los colores y los brillos nuestros y de los demás y de los tiempos… Un historiador ha indicado y demostrado que hace mil años, el mundo era mucho peor, en todos los vectores que ahora…

Personalmente, pienso, que en el planeta, casi todos los seres humanos, viven mucho mejor ahora que hace dos o tres siglos, -salvo en el problema que ahora tenemos el poder de extinguirnos como especie, y, durante siglos no hemos dispuesto de ese poder-, y, en palabras, en una entrevista, parafraseándolo al notable filósofo y escritor Gomá, una entrevista hecha en el “gatopardo”, emisión inserta en el programa de radio, titulado El Faro de la Cadena Ser, que dirige Mara Torres, indicó: “acaso usted mujer no vive hoy, mejor que una mujer de hace cien años, usted niño o niña no vive, en general, mejor que hace cien años, usted…”.

Disfrutemos de lo pequeño, para que al menos, lo triste y lo negro, nos parezca menos triste y menos negro… Paz y bien…

http://twitter.com/jmmcaminero           © jmm caminero

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