No vamos a hablar de los Juegos Olímpicos, sino que en todas las civilizaciones disponen de formas colectivas para que los humanos se entretengan, dejen por unos días las dudas y el dolor de la vida diaria y rutinaria, y, por unas horas al menos, piensan y sientan y sienten en otras cosas.
Todos los columnistas o casi todos redactan artículos sobre deporte o deportes o fútbol. No podemos ignorar esta realidad, incluso existen congresos de Filosofía que tocan este tema, por ejemplo, la FGB, Fundación Gustavo Bueno, si mi memoria no me falla realizó uno, hace unos años.
Creo y estimo, la verdad, que cualquier realidad, tiene una derivación filosófica o metafísica. Cualquier rama de la actividad humana, tiene una perspectiva filosófica. Por tanto, es casi imposible hoy comprender cualquier tipo de realidad o de ente, porque hay que aplicar una veintena de perspectivas, todas las ciencias tienen que decir algo sobre una realidad equis, por ejemplo, el deporte, pero también, las tecnologías y técnicas, pero también las artes, e, incluso la metafísica y la religión-teología… Es la realidad humana, todo lo vamos dando vueltas y revueltas, porque ha existido una enorme explosión de conocimientos en estos cinco últimos siglos, especialmente, a partir de la llamada revolución científica –Copérnico, Galileo, Kepler, Newton-. Ha existido y existe actualmente un volcán de ideas y de conocimientos, y, por tanto, de saberes y de ampliación de cada saber…
Por tanto, el deporte tiene muchas causas y muchas variables, pero también, muchas funciones y finalidades, y, muchos conceptos. El deporte puede verse desde la economía, desde el juego en sí, desde el entretenimiento, desde el descanso, pero también desde la política. Podría, hágase usted la pregunta, podrían los diversos poderes que constituyen hoy la sociedad, podrían controlar y gestionar y dirigir a los pueblos, y, los mismos pueblos dejarse dirigir y gestionar, si no fuese por el deporte. El deporte es una tecla más, de la realidad política. Hoy, el deporte, tiene tanta importancia para la política como la misma política. No hay que recordar aquella rebelión en Constantinopla, en el imperio bizantino, después de la salida de las carreras de cuadrigas, que entonces, se dividían por colores estas caleras… -quién sabe, eso del color político vengan de aquí, no solo de azul y rojo de hace dos siglos…-.
Los humanos tienen que olvidarse un poco de su rutina y de la retina del trabajo diario, de los quehaceres diarios, tanto laborales, como sociales, familiares, económicos, afectivos, y de todo tipo. Y, el deporte es un líquido que sirve para todo ello. Por unos minutos, diez o cincuenta o cien, un individuo, solo o en grupo, porque el deporte se práctica mucho en grupo, se práctica mucho viéndolo en grupo, en nuestra sociedad, en bares y tascas y reuniones de amigos y amistades en grupo. Porque es una especie de minisociedad, por un tiempo, diríamos que se levantan y abren nuevas vías de conocimiento, nuevas autopistas familiares. Somos seres gregarios. No lo olvidemos, somos primates, y, los primates pertenecen a un grupo de los simios, y, de las doscientas especies de simios existentes, cuatro de primates, cuatro o cinco de primates, todos viven en grupo, no viven solos. Somos seres vivientes que existimos en grupo…
Todos los regímenes políticos, incentivan uno o dos o tres deportes masivos en su sociedad, y, estos se convierten en la bandera del grupo social, de cien millones de personas, de doscientos millones. Y, cuándo existe un acontecimiento deportivo de cierta importancia, de máxima importancia, el país y la sociedad se paraliza, los vehículos dejan de circular voluntariamente por las calles, en unos lugares será el baloncesto, en otros es el fútbol. Es el milagro de convertir las piedras en pan, es convertir el ajetreo del mundo, y, ante ese acontecimiento, el que más y el que menos, se marcha a su casa, o a un lugar, a asistir por televisión, ahora por televisión, hace décadas por la radio, de la situación deportiva. Diríamos que es el descanso del guerrero económico actual.
No podría existir hoy sociedad actual, sin el deporte, ni la economía actual sin el deporte, porque el deporte también tiene influencia económica, cierto que no tanto como otros sectores, pero si suficiente, para que funcione todo el sistema general completo y complejo. Y, no podría existir hoy política, ni Política sin el deporte. Aquí, aquí en nuestra Celtiberia, sin el fútbol, hoy no sería nuestra sociedad igual, ni nuestra política igual, sin el fútbol. Le guste a usted o no… ¡No por casualidad o azar existen palcos en los estadios y canchas deportivas para las autoridades y Autoridades…!
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