En un mundo que dicen que las personas que disponen de mucha capacidad de hablar o de lenguaje o lingüística se les abre muchas posibilidades en el mundo social, cultural, económico, político, incluso afectivo o sentimental. La pregunta o cuestión es saber, si puede que existan personas, que si tienen capacidad de hablar, de forma normal y rutinaria, pero les puede costar mucho, y, en cambio tengan un alto nivel de análisis de la realidad, de hechos, datos, argumentos, interrelaciones, conceptos, e ideas… en definitiva, de razonar, pensar, analizar, argumentar, contrastar tesis y datos y conceptos y hechos…
Puede que existan personas, que a la hora de hablar, tengan que traducir de alguna manera, un lenguaje o visión o perspectiva de dicho tema o cuestión que es más bien una intuición, que es o tiene mucho de imágenes mentales o conceptuales, tenga que pasarlo a lenguaje oral natural, y, en ese cambio de lenguajes, por expresarlo de alguna manera, tenga que dedicar un tiempo. Por tanto, no son tan rápidos como otras personas, que quizás, no tengan que hacer esa traducción desde un “lenguaje intuitivo visual” en un tema, a un “lenguaje oral natural”.
Pero también, además de lo anterior, dicho de forma muy bosquejada y abocetada, y, que la psicología, tienen que enseñarnos si es verdad, y, en qué grado de verdad son y existen. Además, tiene que seleccionar entre varias posibilidades que en su mente se han formado. Tiene que dedicar un tiempo, a cual de esas posibilidades es la más justa y adecuada y racional y verídica y verosímil y verdadera. Con lo cual, la respuesta se retrasa, en el tiempo. Y, en un lenguaje oral natural, que las conversaciones van más deprisa, el interlocutor, quizás no le permita, o no quiera esperar, o entra en otro tema o en otra cuestión… Porque ese “enunciado conceptual mental intuitivo” tiene que contrastarlo con toda la memoria de datos y hechos y conceptos y saberes, sobre ese tema o cuestión sabe o conoce, para dilucidar cual de las posibilidades es verdad o tiene más verdad…
Pero además, tiene que dilucidar, si de las dos o tres soluciones mentales que se le han ocurrido, no solo cual es la verdadera o más verdadera, y, tiene que hacer un análisis rápido de la cuestión y mental. Sino cual es más bondadosa o es bondad, es verdad-bondad. Que aunque sea verídica, verdadera es también buena, buena en los sentidos instrumentales del término, buena útil, y buena moral y ética.
Porque una respuesta o solución puede ser verdadera, o le parezca al dialogante verdadera, pero no le parezca útil o buena como instrumento, o no le parezca buen como moral, porque aunque sea verdadera o crea que lo es, dicha respuesta, no le parece bondadosa decirla, en esa conversación, por mil motivos, porque habla de otras personas, que no quier rozar la fama de nadie y el honor de nadie, por prudencia de la bondad o prudencia moral, porque no todo lo que se sabe es verdad, se debe decir, porque no quier hacer daño a otras personas, o, incluso al propio interlocutor. Porque no quiere que se sienta inferior, porque en definitiva, ha indicado una cosa sin substancia, y no se le puede demostrar al otro, que está en el error y equivocado totalmente. Con lo cual, debe dedicar otro tiempo, a dilucidar esta cuestión…
Cuándo se ponga a responder, lo que crea conveniente, en el mundo o barullo de la conversación, si es de dos personas, ya han pasado a otro tema, si es de tres o cuatro intervinientes, ya habrá como la corriente continúa, haber tocado y rozado una variedad de temas distintos. Y, dicha persona, quizás, solo haya expresado la mitad de una frase o idea o concepto o enunciado, porque en el lenguaje oral natural, las personas se cortan los diálogos, las conversaciones, los argumentos, los datos…
Y, al final, cuándo quiera intervenir, quizás, ya se esté hablando de otro tema… cuando en una conversación de un tiempo suficiente, ya se hayan hablado de dos o tres o cinco temas, insertando en medio, risas o chistes, o comentarios sin importancia sobre mil cosas, o, preguntas sobre la salud y la situación de hijos o biznietos o como están de los achaques los bisabuelos, o lo que le ha pasado al perro que tuvieron que operarlo el otro día, y, también, algunas notas sobre la situación económica, o, el tema eterno de la política, etc.
Al final, esa persona que tiene más capacidad, si es que existe dicha realidad, de pensar y analizar, que de hablar, quizás apenas haya dicho nada o casi nada. Queda como tímida, siendo o no siéndolo, pero es que el lenguaje oral natural, para esa persona tiene muchas limitaciones, por las anteriores razones y por otras, que en un artículo de ochocientas palabras, no se puede indicar tampoco…¿…? ¡…!
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