¿Por qué pensamos y analizamos y conceptualizamos, porqué y por qué tenemos esa necesidad, porqué es una necesidad humana, porqué es una de las esencias de la humanidad…?

Este siglo, se indica, que será el siglo del cerebro-encéfalo-sistema nervioso central, con lo cual, nos están diciendo que se va a abrir una puerta y descubrir un universo de sentidos y significados.

Cuándo descubramos el por qué y el para qué de todas las piezas del cerebro, no solo, se nos promete que entenderemos el mecanismo interno, o, al menos, en gran parte, sino que se encontrarán las soluciones a cientos o miles de preguntas y cuestiones y enigmas y misterios que han estado dentro/fuera de nosotros durante milenios…

El pensador/filósofo/escritor Eugenio Trías publicó en El País, una columna/artículo/comentario titulado: La funesta manía de pensar, el día 06 de noviembre de 1987.

El cerebro-conciencia-inconsciencia humana realiza multitud y múltiples funciones humanas: sentimos y deseamos y hablamos y percibimos y soñamos y recordamos y, pensamos-analizamos…

En muchos sentidos, casi todas, no son simples y simplificadas, sino que todas y en todas intervienen en parte, en proporción el resto de las funciones, la percepción no es solo visión intuitiva del objeto de la realidad, interior y exterior, sino que añadimos a ello recuerdos, memorias, vivencias, etc.

Las funciones/finalidades cerebrales/encefálicas son y están y se realizan en microsegundo, por lo cual, diríamos, que somos conscientes en parte, y, no conscientes en otra parte.

Diríamos que el cerebro es una lavadora que siempre está dando vueltas, está relacionando receptores internos y externos, que se combinan de mil  modos y mil maneras.

Dicen, que la dimensión consciente de todo ello, solo es una parte mínima de la totalidad, de todo lo que este enorme hangar-depósito-bodega que es el cerebro y el sistema nervioso central, crea y piensa y siente y analiza y percibe y…

De ahí, deviene una característica esencial, no solo pensamos con el cerebro-mente-psique-consciencia sino con toda la realidad de nuestro ser, podríamos indicar, que el cuerpo también nos piensa, de alguna manera, el cuerpo afecta al cerebro y el cerebro al cuerpo.

No solo pensamos con el encéfalo, sino con el sistema nervioso central y periférico, como receptor de datos y percepciones y estímulos, sino que de alguna manera, el cuerpo/carne afecta al cerebro. De tal modo, que existe una unión esencial y substancial entre la carne y la psique de cada individuo.

Pero de alguna manera y forma, quizás, más diluido esa realidad se extiende a la sociedad, naturaleza, cultura. Formando como una especie de organismo individual que tiene ramificaciones no solo en su unidad interior, sino en multitud de realidades externas.

Las ideas o cultura o formas de ser, condicionan y estimula y afecta al cuerpo/mente, la sociedad y a/en los otros también, la Naturaleza en la que somos y que somos, exterior e interior también…

El analizar-pensar-repensar es como en un partido de futbol, detenerse un instante, o varios instantes, y rebobinar algo de toda la información que está pululando por el cerebro, que eres consciente, y algo, de todo lo que hay por el exterior, y que eres consciente.

Y, te dices a ti mismo, voy a detenerme un momento, o por circunstancias, que todavía no entendemos, te dices a ti mismo, voy a detenerme un momento. Y, el cerebro, en parte consciente y en consciencia, solo en parte, te dices a ti mismo, voy a detenerme, voy a obligarme a detenerme a pensar…

Digamos que estamos ahora en una situación de crisis mundial del gas y petróleo y de precios y de inflación. Y, a más cara una energía equis, afecta al resto de energías. E, imaginemos, que el que está pensando/analizando/repensando es un camionero. Y, ese camionero, harto de hacer la ruta que la lleva haciendo años, quinientos kilómetros de vías y vías secundarias.

Se encuentra, en una autovía, y, por tanto, tiene que estar pendiente de la carretera, pero… Y, al pasar, al lado de un terreno percibe que existe una granja solar, decenas de paneles solares.

Y, se dice, a sí mismo, que caro es el gasoil, no sé que voy a hacer, qué calor tengo ahora, por la noche cuándo descanso, tengo que poner el motor en marcha para que me refrigere, y, al mismo tiempo he visto estos paneles solares.

Piensa y repiensa y requetepiensa, y, le salta la pregunta o cuestión. ¿Si encima de la cabeza de mi camión, se pusiesen unos paneles solares, unido, con un cable, a un sistema de almacenamiento, que estuviese en la misma cabina del camión o en la caja, podría ir acumulando energía eléctrica, que al menos, me podría servir para el aire acondicionado o la calefacción, cuándo estoy parado por la noche, no tendría que gastar gasoil, posiblemente, me ahorraría un dinero, poco o mucho, según la acumulación…?

¿Quizás, el coste de esta perfeccionamiento, se amortizaría en un año…? Pero a continuación piensa y repiensa, bueno, no tengo los conocimientos para resolver esto. Pero quizás, los técnicos e ingenieros, si podrían hacer modelos posibles…

Esta es la manía del pensar, que la humanidad, en todas sus especies humanas, va disponiendo y acumulando, por eso hemos ido pasando de cazar con lanzas, a con arco y con flechas, a criar animales, a sembrar cereales, a inventar camiones y barcos y aviones, a “inventar ideas y conceptos y enunciados”. Especialmente, a inventar preguntas.

Somos animales de preguntas, y, con esas preguntas después las pensamos, y repensamos y nos surgen otras preguntas…

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Jesús Millán Muñoz.