Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz: “Lo normal y rutinario”

- Publicidad -

Jesús Millán Muñoz: “Lo normal y rutinario”

En un mundo que se reciben tantos estímulos de todo tipo, quizás haya que empezar a valorar más la vida normal y rutinaria, las cosas pequeñas, los acontecimientos normales…

- Publicidad -

Se habla que los sistemas teleinformáticos que disponemos, y, que tenemos en las manos a todas horas, no solo nos permiten posibilidades de información y comunicación, como jamás hemos tenido hasta ahora. No se olvide que hace cien años, si un hijo se iba a América del Sur, quizás, la madre no volvería a tener noticias de él, en uno o en dos meses. Y, ahora, las relaciones de comunicación son instantáneas con y en cualquier lugar del ovoide mundo y tierra.

Pero al recibir tanta información, estamos soportando multitud de conceptos e ideas y percepciones, deseos, pasiones y pulsiones… De tal modo, que todo sujeto está sometido a un huracán, tormenta, tifón, seísmo y maremoto de percepciones. Que le inciden en su cerebro y en su conciencia y en su inconsciencia. Me pregunto, si parte de la angustia y tristeza y pena que sufren los humanos hoy, una de las razones, es que todos los días le muestran lo que les falta. Constante estímulos para que vaya de vacaciones o que compre mercancías o mil otras razones. Un día supongo se investigará cuánta energía cada individuo o grupo gasta –entendiendo energía por todo y en todo, energía alimentaria, energía de transporte, etc.-.

Y, nadie es el hombre o la mujer cien. A todos, nos falta de y en algo, a todos nos sobra de y en algo. Y, lo que puede ocurrir es que no valoramos lo que tenemos, y, sentimos con fuerza lo que nos falta. Sentimos que no nos podemos ir de vacaciones quince días a la playa del Atlántico sea del Este o del Oeste. Percibimos, que cientos o miles de personas se les permiten esa posibilidad. Pero tú, tú, no la tienes, o no tienes conyugue o no tienes hijos o no tienes suficiente nivel económico o suficiente nivel cultural o suficiente nivel de inteligencia… Pero nadie es el hombre cien, ni la mujer cien.

Es difícil, las personas se tienen que perfeccionar, en todos los parámetros, si es posible, de forma integral, moral y humanista y paciente y constante y verdadera, pero al mismo tiempo, hay que soportar los desiertos o las inundaciones de la vida. Hay que aspirar a más, de forma legal y racional y moral, y, al mismo tiempo conformarse con la existencia. En estos días se habla que una niña adolescente española ha recuperado la vista-visión, que solo tenía un cinco por ciento, llevaba así dos años, y, puede ser potencialmente un milagro –cosa que hay que estudiar, analizar, pasando por los diversos tribunales existentes en estas temáticas-. Por un lado, tenemos que aspirar a perfeccionarnos más, pero también, soportar las limitaciones y debilidades y vulnerabilidades de la vida. Ese doble juego del existir…

Mientras que sufrimos porque no podemos irnos diez días a Berlín o Tokio o Nueva York o Jerusalén o…, no disfrutamos de las cosas pequeñas que tenemos al lado, de la vida diaria y rutinaria, de los placeres legales y morales, que disponemos, sean estos, sensibles o psicológicos o espirituales o sociales o culturales o de la naturaleza. No nos conformamos con nosotros mismos, de forma racional, legal, moral, prudente, con sentido común… Mientras que estamos airados o con inquina o con rencores por no ir al Oeste Norteamericano o a la cercana-lejana China, no disfrutamos del buen café con hielo, que puedes degustar esta tarde…

La vida es una especie de equilibrio constante entre partes y realidades y vectores y funciones y finalidades y parámetros y personas y deseos y pasiones e ideas y conceptos y fines y metas. La vida es muy simple y es muy compleja. Te vienen a la cabeza los fracasos que has tenido, pocas veces, los éxitos. Te vienen a la cabeza, recuerdos o ideas del pasado o caminos que deberías haber tomado y tenido, porque no lo hiciste. Te vienen a la conciencia, cómo fuiste engañado o mentido por aquella persona o por la otra. Te vienen a la mente, mil cosas del pasado que hiciste y que no debiste hacer. Te viene un enorme flujo, los tres monos, de la tradición védica y budista de la mente. La mente como los monos siempre yendo de un árbol a otro… Te vienen las injusticias y las iniquidades y las calumnias de otros contigo mismo y hacia ti mismo… pero, menos las que tú o yo hemos hecho a otras personas…

Unos, seres humanos, se pierden por ser demasiados materialistas y sensualistas, y, otros, por ser demasiado idealistas y espiritualistas y culturalistas… Somos carne y somos mente y somos alma-espíritu. Hay que encontrar el equilibrio entre esas dimensiones, que forman nuestra unidad esencial y substancial. Cada una de esas dimensiones formada por decenas de factores y variables y ponderaciones, y, a su vez, vivimos y existimos en una Naturaleza Física, y en una Sociedad-Cultura, y en una Metafísica-Trascendencia… Y, todo y en todo, tenemos que integrarlo de forma racional, prudente y verdadera, o, al menos lo más posible…

Mientras tanto, todas las cosas normales y rutinarias, que hoy dispones, mirar con sosiego las realidades externas a ti, mirar con sosiego las realidades internas a ti, degustar de las cosas pequeñas, que sean legales y morales, con prudencia y mesura y tranquilidad. Quizás, esa comida, estés solo y en soledad, estés acompañado o en grupo, tengas treinta años o setenta, dispongas de unas perspectivas o de otras. Seas de una manera o seas de otra.

Puedes que no puedas irte a los fiordos noruegos este verano, ni siquiera una semana, puede que no tengas hijos, puede que no tengas pareja, puede que no tenga estudios, puede que… pero mientras que intentas disponer de esas realidades, con legalidad y moralidad y racionalidad y prudencia, mientras que se van cumpliendo esos deseos y fines, vive con sosiego las cosas pequeñas buenas y verídicas y verdaderas que dispones de la propia vida y de tu propia vida. Puede ser una comida o puede ser un refresco o puede ser una tarde paseando o puede ser… ¡Paz y bien…!

Podría haber citado y nombrado el artículo titulado Concéntrate en hacer una sola cosa. Te lo recomiendo de Oliver Burkerman, publicado en The New York Times, del lunes, 07 de agosto del 2023.

http://twitter.com/jmmcaminero           © jmm caminero

- Publicidad -
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img

Últimas Noticias

- Publicidad -spot_img
- Publicidad -

Últimas Noticias

- Publicidad -